Vandana Shiva: Ecofeminismo, derechos de la naturaleza, suma kawsay.
Diálogo con mujeres ecuatorianas y conferencia (2010)
Contenido
- (2) Diálogo sobre Ecofeminismo con
Vandana Shiva
- (3) Presentación de Vandana Shiva,
por Ana María Varea
- (4) Conferencia magistral
"Democracia de la Tierra y los Derechos de la Naturaleza", por Vandana Shiva
____________
Fuente de la
siguiente
http://www.onumujeres-ecuador.org/index.php?option=com_content&view=article&id=375:vandanah-shiva-fundamenta-los-principios-del-ecofeminismo-en-su-participacion-en-el-seminario-derechos-de-la-naturaleza-y-sumak-kawsay-una-vision-desde-los-pueblos-del-sur&catid=27:ecuador&Itemid=29
Vandana Shiva
explica los principios del ecofeminismo diurante su participación en el
Seminario "Derechos de la Naturaleza y Sumak Kawsay: Una visión desde los
pueblos del sur"
Quito, Ecuador, 26 de noviembre 2010.
Durante los días 25 y 26 de noviembre, la ciudad de Quito acogió a la filósofa,
científica y activista ecofeminista india Vandanah Shiva, participó en el
Seminario sobre los derechos de la naturaleza que se celebró en la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
Creadora de la Fundación para la
Investigación Científica, Tecnológica y Ecológica (RFSTE por sus siglas en
inglés), impulsa la agricultura ecológica y estudia la biodiversidad.
Actualmente es lideresa del Foro Internacional sobre la Globalización y miembro
destacado del movimiento antiglobalización.
Vandana Shiva visitó Quito para
participar en el Seminario "Derechos de la Naturaleza y Sumak Kawsay: Una visión
desde los pueblos del sur", que se celebra en la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO).
En este primer día del evento, Vandana Shiva celebró un
diálogo abierto con las organizaciones de mujeres de base de Ecuador, así como
de colectivos de mujeres diversas, sobre cómo poner en práctica el ecofeminismo
en el trabajo diario, y ofreció una Conferencia Magistral sobre "Democracia de
la Tierra y Derechos de la Naturaleza ".
En su intervención destacó los tres principios
del ecofeminismo:
- La tierra está viva, es sagrada y es la conexión entre todos los seres
vivos. - La naturaleza fue reemplazada por el patriarcado, y las
mujeres, parte de la naturaleza, se encuentran subordinadas frente al hombre
y a la producción.
- Respeto a todo ser viviente. Para desarrollar esta tesis planteó varias
ideas, como construir otros tipos de instrumentos, más allá del Producto
Interior Bruto (PIB), que evidencien la mejora en el desarrollo de las
poblaciones, y el tener derechos con responsabilidad.
Finalmente manifestó que "la semilla es el primer eslabón de la cadena alimentaria, salvarla es nuestro deber, compartirla es nuestra cultura".
El día 26 de noviembre Vandana Shiva también impartir á una conferencia en la FLACSO, sobre las perspectivas puestas en la Próxima Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP-16), que se celebrar á del 29 de noviembre al 10 de diciembre en Cancún, México.
Diálogo sobre ecofeminismo con Vandana Shiva
y las mujeres de organizaciones y
colectivos de Ecuador
Quito, 26 de Noviembre 2010 [
Gracias a las jóvenes mujeres que
organizan la sesión. Soy lo suficientemente mayor como para saber que hubo una
época en la que no se usaba el término ecofeminismo, pero creo que en
cuanto la crisis múltiple se ha incrementado, más y más personas, hombres,
mujeres y niños se están dando cuenta que el punto de vista dominante sobre el
mundo no es un punto de vista que pueda hacer del mundo algo sostenible.
El primer principio del
ecofeminismo es simplemente reconocer que este hermoso mundo del cual somos
parte es una tierra viviente, que es una tierra sagrada y es la que sostiene
cualquier forma de vida. Incluida la economía dominante que niega a la tierra
misma.
La gente que toma más de lo que
necesita de la tierra es aquella que la está saqueando a una velocidad muy, muy
rápida: la industria minera, la industria maderera, la industria genética,
aquellos quienes están robando los
genes y pretenden que ellos son los creadores.
El segundo principio del
ecofeminismo es el reconocimiento de que, de alguna manera, la creatividad ha
sido desplazada por el capitalismo. Quiero leerles el típico pensamiento acerca
de cómo las mujeres han sido subordinadas y los hombres se auto-proclaman como
los creadores. Este es un pensamiento de Jaco Bachofen quien sostiene que el
triunfo de la paternidad trae consigo la liberación del espíritu de las
manifestaciones de la naturaleza, la sublimación de la existencia humana o la
pérdida de la vida material. La maternidad pertenece al lado físico de la vida,
lo único que las mujeres comparten con los animales; el principio espiritual de
la paternidad les pertenece a ellos por sí solos. La paternidad triunfante forma
parte de la vida celestial, mientras que el cuidado de los niños está
relacionado con la tierra que lo bendice todo.
Entonces, la reproducción simplemente
desaparece y es reemplazada por la producción. Pero la producción es redefinida,
pasa de ser una producción de la vida, mantenimiento de la vida, producción de
salud, de comida, de nutrición, de agua, para ser, en realidad, la destrucción
de cada uno de estos recursos. Entonces la destrucción se vuelve creación y la
creación desaparece. Yo he llamado a esto la frontera de la creación, la
cual es instalada por el capitalismo patriarcal. Y toda la línea de la vida es
trazada para declarar cada cosa más allá de esa línea lo cual significa todo lo
de la creatividad de la naturaleza, de los seres humanos, de las mujeres, de las
comunidades indígenas, de todos los seres humanos, en sus relaciones con el
cuidado de la naturaleza y de la comunidad humana; todo eso es definido como
no actividad, no productivo. De ahí es de donde se puede deducir que las
mujeres “no trabajan”. De ahí se desprende el hecho de que la agricultura de las
comunidades indígenas “no es productiva”, aunque hoy en día esa agricultura
indígena signifique el 70% de la producción mundial en el 2010. Pero es borrada,
como si no existiese. Otras cosas son borradas como si no existiesen: todo el
colonialismo estuvo basado en el aniquilamiento de las tierras y de los seres
humanos que construyeron los ecosistemas.
Cuando yo comencé a trabajar en el
tema de patentes, me comencé a preguntar de dónde habría surgido el tema de las
patentes y me di cuenta que estaba relacionado con Cristóbal Colón, cuando la
reina Isabel y el rey Fernando dieron el privilegio a Colón de descubrir y
conquistar; a él le fue otorgada una carta abierta y el nombre de esa carta era
una patente. Porque, en esa época, la gran mayoría de las cartas estaban
cerradas y eran intercambiadas entre reyes y reinas sobre temas de guerra,
conspiración o de combate, pero las cartas abiertas eran sobre la conquista de
la gente del mundo no europeo. Y esa idea de patente ha sido extendida a la
conquista de cualquier forma de vida; en esa época se trataba de conquistar el
territorio, ahora de trata de patentar la vida. En esa época la tierra se
consideraba vacía: la terra madre se convirtió en terra nulias;
fue una construcción ilegal, para el colonialismo, fue utilizado para tomarse
las tierras ancestrales de los aborígenes australianos, y fue utilizada en las
Américas. ¿Por qué era una tierra vacía si había gente? Porque no se consideraba
a esa gente humanos del todo. ¿Por qué no eran humanos del todo? Porque no eran
blancos, no eran cristianos y no hacían cosas como los europeos. Por ejemplo, se
decía que el problema con los nativos de Nueva Inglaterra era la existencia de
tierras no cercadas y el no uso de ganado para trabajar la tierra. El derecho
natural de esas personas a usar su tierra tenía que ser desechado. Entonces, si
ellos solo usaban un poco de los recursos de su tierra, que se consideraban
suficientes, los europeos tendrían derecho a usar el resto. Y eso fue lo que
pasó, pero los recursos que se consideraron suficientes fueron las
reservaciones. Los americanos nativos se convirtieron en prisioneros, sin sus
propios recursos y sin acceso a su propia tierra.
Esta idea de cercamiento ha
continuado, ahora la vida en sí misma es considerada “vacía”, hasta que el
capitalismo patriarcal la invada y, al igual que en la época colonial, esta
invasión y cercamiento es considerada como “descubrimiento”; la invasión de las
formas de vida es considerada como “creación”. Déjenme darles unos cuantos
ejemplos. Las semillas, por ejemplo, han sido desarrolladas durante siglos por
los granjeros, y de todas las culturas con las que yo estoy familiarizada son
principalmente las mujeres las que han sido encargadas de la selección,
recolección y conservación de las semillas. Desde la época en que la OMC fue
institucionalizada, los países han sido obligados a patentar sus semillas o a
permitirlo, y las corporaciones como Monsanto sostienen que las semillas son su
invención, por lo tanto, el resto de nosotros tenemos que pagar regalías. Si
ellos tienen una patente sobre una papa, las comunidades nativas de los Andes
deben pagar una regalía.
Así, en 1997, una compañía con sede
en Texas obtuvo una patente sobre una variedad de arroz muy aromática llamada
basmati, desarrollada a lo largo del tiempo por los cultivadores de los
valles de la India. Otro ejemplo: el Nim es un árbol famoso en la India y estoy
informada que en Nicaragua han tratado de cultivarlo para controlar las plagas
del algodón; es un gran agente para el control de plagas, totalmente seguro para
los humanos. Una compañía de Massachusetts reclamó haberlo inventado en acuerdo
con el gobierno de los Estados Unidos. Nosotros hemos luchado contra estos casos
pues yo he visto a mi abuela usar hojas de Nim y yo sé que las mujeres de la
India han desarrollado el uso del Nim como plaguicida después del desastre de
Bhopal, con lo que comenzó un movimiento para pedir “No más Bhopals, planta un
nim”. Entonces nosotras, las mujeres de Navdanya enfrentamos este caso; yo misma
tuve que enfrentar el caso en la oficina de patentes europeas, tuve que unir
manos con hermanas en Europa. Uní manos con la presidenta de los verdes
europeos, así como con el jefe de la organización de agricultura orgánica para
enfrentar ese caso, nos tomó once años, pero logramos echar abajo la patente
contra una de las más grandes compañías y uno de los gobiernos más grandes del
mundo. También logramos echar abajo la patente del basmati y le dijimos a la
Oficina de Patentes de los Estados Unidos que si no quitaba esa patente
tendremos que llamarla la Oficina de Piratería y Robo de los Estados Unidos.
Y todo esto de la piratería ha sido
posible por la existencia de la frontera de la creación, en donde la
evolución de la naturaleza y la evolución de los seres humanos son definidas
como no inteligentes y no creadas. Nosotros somos definidos como materias
primas pasivas. Déjenme decirles cómo la industria ve esto, a principios de
los 80, Pine, que es propiedad de Dupont (la segunda compañía más grande de
semillas después de Monsanto) insiste en reducir toda la diversidad de la vida a
germoplasma, el cual es un recurso que nos pertenece a todos. Por lo cual el
mejoramiento de las variedades podría ser otorgado a los agricultores sin ningún
costo. Esto sobrestima el hecho de que el germoplasma, considerado como materia
prima, es el resultado de siglos de inteligencia, siglos que son reducidos a
materia prima. El germoplasma solo se considera valioso después de una inversión
considerable de tiempo y dinero.
En los bancos de semillas que el
movimiento Navdanya ha creado, tenemos todas estas semillas. Estas semillas
existen, no han sido una invención. Las compañías no pueden hacer ingeniería con
tantas variedades, es algo demasiado complicado. La naturaleza y los pueblos lo
pueden hacer, porque ellos trabajan con la complejidad requerida y durante
grandes periodos de tiempo.
La segunda frontera de creatividad y
productividad de las mujeres y la naturaleza que es negada es la frontera de la
producción, aquella en donde el crecimiento es medido y definido. Si tú produces
lo que consumes entonces no estás produciendo. Todos los agricultores de los
Andes que cultivan papas y las consumen ellos mismos, no se considera que
producen. Las comunidades indígenas del Amazonas que producen todo lo que
necesitan de la selva, tampoco producen. Todos aquellos sistemas que producen
para las necesidades, lo cual podría ser tratado como un hecho positivo, han
sido definidos como no productivos. Es solo cuando vendes lo que produces y
compras lo que necesitas, que se da el crecimiento. Es por eso que el
crecimiento del PIB y el PNB tienen como pre-condición la destrucción de los
ecosistemas porque cuando cortas un árbol tienes crecimiento, si proteges los
bosques no tienes crecimiento, cuando represas un río tienes crecimiento si
mantienes un río vivo no tienes crecimiento.
Si mantienes la fertilidad del suelo
a través de la agricultura ecológica, aun cuando la fertilidad del suelo y los
organismos están creciendo, eso no es considerado crecimiento. Cuando pones
fertilizantes químicos y pesticidas, entonces tienes crecimiento. Entonces éste
es un sistema muy extraño, que calcula la destrucción como crecimiento y se
convierte casi como en una religión, el que casi todo pueda ser destruido en
nombre del crecimiento. Nosotros tenemos un maravilloso Primer Ministro con
turbante que es considerado honesto, pero hay solo un problema: es un economista
que piensa que el crecimiento es lo único que importa. Recientemente logramos
detener un proyecto de minería en la India como parte de una alianza entre los
pueblos indígenas y los grupos ambientalistas y el Primer Ministro formó parte
del movimiento que logró detener a la minería, pero al siguiente día dio un
discurso en el cual afirmaba que no podemos tomar en cuenta las decisiones
ambientales para detener el camino del crecimiento. Pero el problema es que la
vía del crecimiento va en sentido contrario al de la vida. El crecimiento,
incluso, está yendo en contra del camino de la democracia y en contra de las
habilidades de las personas para vivir y es por eso que necesitamos un paradigma
diferente al del PIB y al del PNB.
Entonces ¿Qué es lo que debemos
medir? Debemos ser capaces de medir el crecimiento de un bosque, el crecimiento
de las abejas y las mariposas que están a punto de desaparecer por el uso de
pesticidas. Tenemos que reconocer el crecimiento que está escondido detrás de la
vida de las comunidades indígenas.
Entonces el principio más importante
del ecofeminismo es el reconocimiento y el respeto a la diversidad en todas sus
formas, es decir, toda forma de planta, toda forma de animal, todo organismo del
suelo, toda forma de comunidad humana, toda cultura que ha evolucionado. Creo
que hemos alcanzado un punto en donde podemos comenzar a decir que el
crecimiento del que se ha hablado, el que está destruyendo la naturaleza y la
vida de las personas (y miren lo que está pasando en América y Europa), en los
países que han seguido ese modelo de crecimiento, las personas no tienen hogar,
han perdido sus trabajos, han perdido sus pensiones, 25% de recortes en los
países europeos solo para mantener a los bancos con vida, creo que podemos
comenzar a decir, repito: ésta es una medida incorrecta. Comencemos a medir el
crecimiento en términos de la vida y crecimiento en las instituciones de la
sociedad que mantienen la vida. Y la segunda cosa que creo que definitivamente
podemos comenzar a decir es que el crecimiento de la contaminación les está
permitiendo a las corporaciones hacerse de enormes ganancias, pero no podemos
permitir la externalización.
El ecofeminismo es básicamente el
decir que los derechos van junto con las responsabilidades. Tú no puedes
apropiarte de una semilla como una forma de vida genéticamente modificada y
después decir: yo no soy responsable por la contaminación que pueda generar y no
ser responsables por la destrucción de la biodiversidad. Las compañías
petroleras se apropian del petróleo y de los beneficios que genera, pero
nosotros no tenemos por qué hacernos cargo de toda la contaminación que ellos
dejan en todos aquellos lugares que explotan, por ejemplo en el Golfo de México
por el derrame de BP o de cualquier otro lugar. No hay lugar en el mundo, ni en
la tierra, ni en el mar en donde la contaminación petrolera haya sido
verdaderamente limpiada y los ecosistemas hayan quedado restaurados. Entonces
los derechos van junto con la responsabilidad y la obligación de internalizar
costos. Pero si las compañías internalizaran los costos, ninguna de las
actividades que ellos llaman “productivas” lo serían, porque los costos siempre
sobrepasan lo que está siendo producido.
En tercer lugar, creo que debemos
reconocer, a nivel profundo, que la destrucción de la diversidad y la creación
de monocultivos, nos empobrecen ecológica y culturalmente. Es tiempo de decir
adiós a los monocultivos. No son un sistema sofisticado; son un síntoma de
violencia, porque solo la violencia puede convertir la diversidad en
monocultivo, ya sea en una plantación forestal o en la forma en que nos
alimentamos.
Y un último punto sobre el
ecofeminismo; sabemos cómo el ideal de una tierra viviente fue destruido, como
Bacon dijo: naturaleza es muerte, como él habló del nacimiento de una era
masculina que, de hecho, define a este periodo como un periodo masculino de
dominación de la naturaleza. Pero se está abriendo una nueva era y una de las
pruebas al respecto es la incorporación de los derechos de la naturaleza en su
Constitución. Lo anterior es un ejemplo de que tanto la naturaleza como la
tierra, así como la conciencia humana están saliendo de la prisión del
capitalismo patriarcal en el que hemos estado presos. Pero solo ahora que esa
prisión se ha convertido en invivible tanto por la tiranía como por la
contaminación y los desperdicios y por el sacrificio de todo aquello que tiene
valor en la tierra a favor de esa misteriosa concepción del crecimiento.
Preguntas
¿Cómo entender el cuerpo desde una
perspectiva ecofeminista? Relación entre ecofeminismo y espiritualidad, ¿cómo
poner en relación el discurso de las mujeres que hablan desde el ecofeminismo
con el discurso de aquellas mujeres que no hablan desde una espiritualidad
ancestral?
La relación de las mujeres con la
naturaleza es más visible e implica más cuidado en el campo, mientras en las
ciudades las mujeres se ven interpeladas a construir sus identidades desde la
lógica del consumo. ¿Cómo construir un ecofeminismo que involucre a las mujeres
en sus distintos espacios de vida, en su diversidad y su desigualdad?
Pensar a la naturaleza como sujeto, a
través del reconocimiento de derechos, nos exige pensar en un sistema social,
económico, político diferente en el que la reproducción de la vida esté por
sobre la reproducción del capital. ¿Sobre qué elementos construir este sistema
alternativo de manera que la economía del cuidado no sea recargado en las
mujeres?
Respuestas
Sobre el cuerpo. Una de las cosas que
fue hecha por el capitalismo patriarcal fue definir al cuerpo en el marco de una
naturaleza inerte: sin inteligencia y sin ningún significado. Y lo que citamos
de Bachofen es solo un ejemplo, otro es Descartes, quien dijo que el cuerpo no
era de confianza, que no debemos considerar el conocimiento a través del cuerpo,
que solo debemos considerar el conocimiento abstracto y que, por supuesto, solo
los hombres podían tener el conocimiento abstracto y, además, solo los europeos
podían tenerlo y el resultado de este tipo de conocimiento fue el volver a las
cosas reales, irreales. Yo tengo que confiar en mi cuerpo, porque si siento un
dolor en mi cuerpo algo anda mal, pero no hay nada como una sensación de dolor
en el universo cartesiano, en el universo mecánico. Si yo pienso abstractamente
y mi cuerpo no tiene nada que ver con el conocimiento y lo separo de cualquier
otra cosa, ¿cómo obtengo conocimiento? Entonces se genera una brecha epistémica.
En la India hablamos de cinco formas de conocer. El conocimiento a través de los
sentidos tiene un mismo nivel de entendimiento y el cuerpo en sí mismo es un
ser. Entre todos los pueblos indígenas el cuerpo es la fuente de donde brota el
conocimiento. El cuerpo es el espacio desde donde todos los curadores o chamanes
obtienen su conocimiento y, a través de él, pueden curar otros cuerpos. Entonces
para el ecofeminismo, el cuerpo de las mujeres y todos los cuerpos, de hecho,
son seres que conocen. Para el ecofeminismo no hay nada como una mente desligada
del cuerpo.
Respecto a la relación entre
ecofeminismo y espiritualidad. La espiritualidad se presenta en muchas formas.
Para algunas comunidades son los ancestros, para algunas otras es la forma de
ver el mundo de los ancestros, con toda la interconectividad de ver las formas
de vida. Pero también tú puedes encontrar una espiritualidad imaginada y esa
podría ser el reconocimiento de la interconexión. Para mí la espiritualidad es
el conocimiento de que todo está interconectado, por lo que debe ser respetado,
no debe ser violado. Es por ello que la violencia contra las mujeres está mal y
todo aquel sistema que reconozca la interconexión es ecológico y espiritual en
el sentido de que no reduces todo a la materia. Las relaciones no pueden ser
medidas en pulgadas y pies, la medida en la que tú puedes destruir, las
dimensiones en que tú sostienes o destruyes la vida, solo pueden ser pensadas en
términos negativos o positivos de energía; tales relaciones no pueden ser
medibles sino vividas y es por eso que el nuevo mundo imaginado es un mundo de
interconectividad holística y de múltiples dimensiones de la espiritualidad.
Porque la integridad y la espiritualidad no son diferentes y reconocer la
integridad de cada persona y cada especie ya es, en sí mismo, espiritualidad.
Sobre el tema de las mujeres y la
naturaleza en las áreas rurales y su vínculo con la economía del cuidado, en
oposición a las mujeres urbanas y su relación con el mundo del consumo... Esto
es cierto en tanto las cosas no vayan mal: la gente tiene dinero, tiene trabajo,
hay posibilidad de comprar alimentos de las áreas rurales, etc. Pero cuando las
cosas van mal, aun las mujeres de las áreas urbanas se organizan y lo hacen de
acuerdo a los principios ecofeministas. Les daré dos ejemplos. En la ciudad de
Bhopal donde hubo una fuga de gas, fueron las mujeres más pobres las que
lucharon por la justicia; es un movimiento urbano, pero es un movimiento
ecofeminista. Después del desastre de Chernobyl, fueron las mujeres de la
Unión Soviética y de Europa quienes comenzaron a cuestionar el tema del poder y
la energía nuclear. El libro sobre ecofeminismo que yo he escrito con María Mies
es un buen ejemplo porque mi experiencia viene de las áreas rurales de la India,
los ejemplos y la vida de María Mies vienen de una ciudad y para cada capítulo
que escribimos, tuvimos el mismo análisis. Porque la cuestión es, en última
instancia, sobre la vida. Claro que en las áreas rurales el tema de la vida es
mucho más central, porque el dinero no ha dominado la vida de manera tan
medular, pero en las ciudades la ilusión del dinero te puede distraer. Pero las
múltiples dimensiones de la crisis que enfrentamos, están creando una crisis aun
en las áreas urbanas de las zonas más ricas del mundo, para las personas pobres.
Por lo que debemos reconocer que la gente debe encontrar nuevas formas para
proveerse a sí misma. Entre ellas habrá nuevas formas para establecer vínculos
entre lo rural y lo urbano.
Respecto a la última pregunta sobre
cómo garantizar la reproducción de la vida por sobre la reproducción del
capital, creo que hay dos aspectos que necesitamos plantar. El primero es
mostrar que la reproducción del capital es, de hecho, un robo de la sociedad y
la naturaleza. Todos los instrumentos que han sido creados son instrumentos de
apuesta, como los de Wall Street. Debemos ser conscientes de la naturaleza de
esa economía y nombrarla tal cual es: una economía ficticia en la cual algunas
personas reales consiguen riquezas reales. Pero hay una parte de la riqueza
acumulada que es, en realidad, fantasma y esa es usada para apropiarse de la
riqueza verdadera. La segunda cuestión es que tenemos que defender y cultivar la
riqueza real, en las áreas en donde la naturaleza no ha sido destruida pues la
naturaleza es la que provee el primer bienestar, ese tipo de riqueza se debe
volver nuestra prioridad: es decir, la tierra, los bosques, la biodiversidad y
el agua. Yo sé que para ustedes en Ecuador, para el movimiento indígena y
ambientalista, es la principal prioridad.
Cuando las cosas son reemplazadas por
un mundo mercantilizado, hay que comenzar por desvincular nuestras mentes y
nuestras vidas de la mercantilización. Hay que comenzar a establecer relaciones,
porque las reglas del capitalismo, así como las reglas comunitarias están rotas.
La comunidad es construida, es el resultado de nuestras acciones recíprocas; en
tanto la construyamos, se reducirá nuestra dependencia del mundo financiero.
Tenemos que comenzar a construir nuestra independencia de ese mundo; en tanto
más tardemos, más avanzará la destrucción.
Segunda ronda de preguntas
¿Cómo sería posible que los hombres
se involucren en el tema del ecofeminismo?
¿Cuáles serían las razones para
relacionar la ecología con el ecofeminismo? ¿Es posible la construcción de un
movimiento ecofeminista en América Latina?
¿Cuál es la diferencia entre el
ecofeminismo y los otros tipos de feminismos?
Si no se toma en cuenta la
reivindicación específica de las mujeres sobre la opresión sexual ¿no se cae en
el riesgo de generar un relativismo cultural?
¿Cómo se pueden ampliar los Derechos
de la Naturaleza DDNN desde una visión ecofemisita?
¿Cómo los medios critican al discurso
del ecofeminismo?
¿Cómo superar la reducción de lo
femenino a la naturaleza biológica de la mujer?
Respuestas a la segunda ronda
Así como el capitalismo patriarcal es
una visión del mundo, y las mujeres no pueden formar parte de esa visión del
mundo, el ecofeminismo es una visión del mundo y los hombres forman parte de la
misma. Todos los hombres con los que yo he trabajado tienen una visión
ecofeminista. Recuerdo cuando tuve que dar una conferencia en la Universidad de
Bolonia, y cuando estaba por dejar la sala había un joven con su madre; me pidió
que le autografiara un libro mío. El me dijo, a través de su madre, que le
traducía desde el italiano: yo soy ecofeminista. Entonces el ecofeminismo no
está restringido a las mujeres. Es una visión del mundo ligada a la última
pregunta: es una visión que reconoce el derecho de todas las especies, y los
derechos de la naturaleza. Como una visión del mundo holística que es, desbarata
la concepción de separación establecida del “imperio de los hombres sobre las
criaturas inferiores de Dios”. El imperio del hombre necesita concebir al resto
de las especies como inferiores. Y, como argumentaré en la sesión de más tarde,
sobre los Derechos de la Tierra, en esta concepción todos los seres son iguales;
todos tienen derechos: las mujeres tienen derechos; pero hay que combinar esos
derechos con los de las otras especies. Esto tiene que ver con la segunda
pregunta sobre la relación entre ecología y la cuestión femenina.
Intentaré relacionar la tercera y la
cuarta preguntas, sobre la relación entre el ecofeminismo y los otros tipos de
feminismos, así como el riesgo del relativismo cultural. El feminismo que no es
ecologista es una reproducción del patriarcado: busca el empoderamiento de las
mujeres en la forma masculina que hemos recibido del capitalismo patriarcal. Así
obtienes las Condoleezas Rice y las Margarets Thatcher, el
producto de esos feminismos. Por el hecho que ese tipo de empoderamientos solo
puede ser posible para un puñado de mujeres en la cima; se deben romper,
entonces, los derechos del resto de las mujeres. Es por eso que el feminismo es
ecológico en su base.
El ecofeminismo es un feminismo de
solidaridad. No de individualismo. Muchas veces el feminismo estrecho es
reducido a las trayectorias individuales de las mujeres. El ecofeminismo se
trata del acceso de todo el mundo a la vida, a los recursos de la vida,
incluyendo el conocimiento Yo digo que si el ambientalismo no es feminista se
convertirá en una ambientalismo espectral, que forma parte del capitalismo; si
el feminismo no es ecologista, también se convierte en parte del capitalismo. Si
vamos a crear un mundo auténticamente diferente, nuestras relaciones deberían
estar basadas en el sostenimiento y enriquecimiento de la vida, más que en la
acumulación del capital. Entonces la convergencia de la ecología y el feminismo
se convierte en una vía natural. Y cuando los derechos de la mujer son
considerados en el marco de los derechos de la diversidad de la vida, no tienes,
en realidad, el riesgo de caer en el relativismo. El relativismo cultural
proviene de sistemas desincorporados de liberación. Así podemos tener cualquier
tipo de discusión en la que perdemos el piso en el que nos encontramos. Y la
ecología es el piso. Si ese es el piso, el tema de la justicia no se vuelve
relativo. Los temas sobre los derechos de las mujeres no se vuelven relativos.
Eso es muy claro.
Respecto a los medios de comunicación
y el ecofeminismo… Se dice que el ecofeminismo equivale a sentarse en la
retaguardia y rezar. No es así: les voy a dar el ejemplo del movimiento Chipko.
Chipko no consistió en sentarse en la retaguardia; sino en el levantamiento de
las mujeres para abrazar los árboles, para decir que tendrían que ser asesinadas
antes de que pudieran ser talados los árboles; y así es como ellas detuvieron a
los madereros en el Himalaya, en los setentas y ochentas. No se trató de la
inacción, se trató de una acción, pero una acción que proviene desde un lugar de
profunda compasión. Y desde ese lugar no existe límite de lo que se puede hacer.
Porque cuando actúas desde el miedo, desde la ambición, te atas a las cadenas
antes de que la sociedad cree las cárceles. Y por eso para mí el hecho de crear
conexiones con el resto de la vida es tan liberador. Porque tu vida es una parte
del resto de la trama de la vida. Y entonces así tú puedes salir en su defensa,
con cualquier forma de lucha que innove. Habrá intentos de decir que tú no estás
tomando la acción adecuada, pero cada vez más y más gente en el mundo estará de
acuerdo en que la defensa de la naturaleza es la acción adecuada. Incluso la
revista Forbes, que normalmente solo habla de los millonarios, me ha puesto
entre la lista de las mujeres más influyentes. Si Forbes ha puesto atención en
el ecofeminismo, entonces es que algo está cambiando.
Respecto a los Derechos de la
Naturaleza que han sido incorporados a la Constitución del Ecuador; esto nos
retrotrae al tema de la creación de vínculos. Los DDNN en la Amazonía serán los
derechos del bosque amazónico, así como los derechos de los pueblos de la
Amazonía. Así, los DDNN se convierten en los derechos de las comunidades
indígenas. Todos los derechos sagrados que las Constituciones han consagrado,
deben ser articulados con los derechos de la naturaleza; deben ser elaborados y
profundizados a través de esos vínculos, con ejemplos muy concretos. Si el
capitalismo patriarcal gobierna mediante la abstracción; el ecofeminismo tiene
que ir avanzando a través de logros concretos. Crear vínculos, dar pasos en todo
nivel: cultural, social y políticamente, legalmente.
Para finalizar, sobre el ecofeminismo
y el problema de las mujeres y la naturaleza biológica… El ecofeminismo no niega
que seamos parte la naturaleza biológica, pues somos cuerpo. Entonces no
pretendamos que podemos escapar del cuerpo. Pero no solo somos biología. Somos
resultado de la cultura, de la política, de marcos legales. Somos también
consecuencia de la violencia. Creo que debemos reconocer la maternidad no como
un proceso estrictamente biológico. Creo que debemos reconocer a la maternidad
como un asunto de la cultura y la economía del cuidado. Y si la maternidad es un
asunto cultural, y un proceso económico, entonces todo mundo debería
experimentar la maternidad, en ese sentido. Todo mundo debería ser como una
madre. Y nadie, por supuesto, debería ser obligado a la maternidad en términos
de la reproducción biológica, como una máquina reproductora.
Déjenme agregar un comentario a esto: hay un muy buen libro de un grupo feminista de Boston que trabaja sobre la salud de las mujeres llamado Nuestros Cuerpos, nosotras mismas. Yo les he dicho ¿cómo es que el cuerpo se limita al tema de la reproducción? El cuerpo también tiene que ver con lo que comemos, cómo los tóxicos nos dañan la salud, cómo contraemos cáncer y, tal vez, de lo que se trate es de ensanchar la idea sobre el cuerpo. Porque el limitarse a la reproducción biológica es un proyecto patriarcal, y nosotras tenemos que ir más allá de eso.
Tercera ronda de preguntas
Para quien se inicia en el feminismo
desde la academia ¿qué se necesita hacer; cuáles son los primeros pasos a
seguir? El capitalismo suele argumentar que la explotación de la naturaleza
tiene como principal objetivo aliviar la pobreza. Desde el ecofeminismo ¿qué
argumento se puede oponer?
Respuestas
Para quienes se acercan al
ecofeminismo desde la academia, lo primero que ayuda son los libros.
Afortunadamente los libros sobre ecofeminismo no so teorías abstractas. Son
marcos de referencia llenos de experiencias. Así que todo el conocimiento
práctico que buscas se encuentra en muchos de los libros que han sido escritos.
Por ejemplo, en el libro que escribí junto a María Mies. Hoy en día hay muchos
hombres haciendo tesis doctorales en ecofeminismo. Así que hay mucha literatura
sobre el tema, aunque no hay que limitarse a la teoría.
Por otro lado, el tema del alivio a
la pobreza es un tema candente en lo relativo al capitalismo patriarcal y la
destrucción de la naturaleza que se hace supuestamente para combatir la pobreza.
Es como una profecía auto-cumplida. Porque si tu defines a la pobreza como
ausencia de mercantilización, entonces la mercantilización se vuelve el remedio
contra la pobreza. Pero si te mueves hacia el nivel ecológico, material, las
preguntas son ¿está comiendo la gente adecuadamente? ¿Tiene agua limpia para
beber? ¿Tienen aire fresco? ¿Tienen felicidad? ¿Poseen paz y armonía? Si tú
concibes eso en términos de pobreza, de hecho cualquier proyecto de alivio a la
pobreza se convierte de hecho en un proyecto de creación de pobreza. Y es por
eso que en cualquier lugar del mundo los pueblos indígenas están luchando contra
aquellos proyectos que les dicen: “esto es bueno para ustedes”. Y ellos les
responden: “No, esto no es buenos para nosotros; paren de robarnos nuestras
tierras, de saquear los recursos mineros, de extraer nuestra agua.” La gente
sabe qué es bueno para ella. Ellos saben que tales proyectos los dejarán sin
tierra, los arrojarán a los suburbios de las ciudades; saben que tendrán que
sobrevivir a través del crimen, porque no habrá trabajos decentes para ninguno
de ellos. Saben que tendrán que gastar más y más para pagar lo que estaba
disponible de manera gratuita en la naturaleza. Por ejemplo, Jeffrey Sachs, de
la Universidad de Columbia, dice en su libro Haciendo de la pobreza historia
que un paso para eliminar la pobreza es sacar a la gente del mundo rural;
detener la agricultura. Y, por supuesto,promueve los transgénicos y a Monsanto
para África. El problema para él de la pobreza se resuelve con que la mayoría de
los pobres dejen de ganar un dólar diario. Pero tú no necesitas un solo dólar
para vivir bien si la naturaleza es saludable; no lo necesitas si tienes una
economía saludable. Y, por otro lado, puedes tener 20 dólares al día y ser
extremadamente pobre. Porque la electricidad es cara, hay que pagar por el agua,
la educación no es gratuita, también hay que pagar por la salud. Aquí la
pregunta no es cuánto ganas, sino cuánto gastas. El Banco Mundial nos hace
trampa con eso: se nos dice que mientras más gastemos, más ricos nos hacemos.
¡No! Mientras más gastamos, más nos estamos endeudando: la venta de tu tierra
por una consulta médica, o por semillas o agroquímicos. Ellos juegan con las
medidas de la pobreza. Tenemos que regresar a las medidas verdaderas de la
pobreza: es decir, cómo estás viviendo. Y eso no se puede medir a través del
dinero.
______________
Referencia de la siguiente presenación:
Presentación de Vandana Shiva, por Ana María Varea (PNUD/PPD)
Este evento es posible gracias a los organizadores (el IEETM, Oilwatch y Acción
Ecológica), a la FLACSO que nos acoge en su casa, al programa de pequeñas
donaciones del PNUD, al Fondo Ágil y a Broedrelik Dellen.
Esta noche se me ha solicitado que haga la
presentación de Vandana Shiva. Es para mí un gran honor y un privilegio.
Mientras preparaba esta reseña, pensaba en lo afortunados que somos todos y
todas de poder contar con su presencia. Hace dos años, a los pocos meses de la
aprobación de la Constitución de Montecristi coincidimos con Vandana en un
evento internacional y ella resaltó la importancia de que Ecuador incluyera en
su constitución los Derechos de la Naturaleza. Le invitamos a que nos visite en
Ecuador y nos apoye en la construcción del Buen Vivir y el fortalecimiento de
los Derechos de la Naturaleza. Sabemos que su agenda es muy apretada y le
agradecemos muchísimo por incluirnos en ella, saludamos su presencia, que nos
anima, nos compromete, nos inspira a seguir luchando como ecologistas
(infantiles), líderes indígenas y campesinos, estudiantes, ciudadanos y
ciudadanas, jóvenes y como mujeres comprometidas con la vida, con su ciclos
productivos y reproductivos.
La trayectoria de Vandana es admirable y sus aportes y
reflexiones sobre la lucha ecologista, ecofeminista, sobre la soberanía
alimentaria, son de enorme trascendencia y son inspiración y ejemplo en el mundo
entero. Vandana Shiva es científica, filósofa y escritora india. Activista a
favor del Ecofeminismo, recibió el premio Nobel Alternativo en 1993, el Global
500 del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el premio
Internacional del Día de la Tierra, también de NNUU.
Vandana con su decidida participación en el movimiento
Chipko ha sido ejemplo e inspiración para nuestras luchas en defensa de la
naturaleza y sus pueblos. Este movimiento de resistencia no violenta, se creó en
1973 para impedir la tala de los bosques del Himalaya. Campesinos y las mujeres,
en el Norte de la India, tomaron conciencia de que las frecuentes inundaciones y
desprendimiento de tierras, eran provocados por la deforestación, se unieron y
formaron el movimiento Chipko. Chipko, en hindi significa abrazar, las mujeres
en actitudes valientes y decididas se abrazaron a los árboles para prevenir que
los cortaran.
En 1982 creó la Fundación para la Investigación
Científica, Tecnológica y Ecológica, cuyos objetivos son: 1) el impulso y
difusión de la agricultura ecológica (programa Navdanya), 2) el estudio y
mantenimiento de la biodiversidad (Universidad de las semillas, Colegio
Internacional para la Vida Sostenible), 3) fomentar el compromiso de las mujeres
con el movimiento ecologista (Mujeres Diversas por la Diversidad), y 4) la
regeneración del sentimiento democrático (Movimiento Democracia Viva).
Dentro de esta fundación, está Navdanya, una
organización que guarda semillas indias nativas, bajo el principio de que "la
semilla es el primer eslabón de la cadena alimenticia, salvarla es nuestro
deber, compartirla es nuestra cultura". Vandana ha declarado que: "generaciones
de mujeres han sido agrónomas, expertas en semillas, productoras y selectoras y
no se les ha reconocido nunca ese conocimiento". "La ciencia que no respeta las
necesidades de la naturaleza y el modelo de desarrollo que no respeta las
necesidades de las personas amenaza la supervivencia".
Actualmente, es líder del Foro Internacional sobre la
Globalización y miembro destacado del movimiento antiglobalización. Las
corporaciones multinacionales por las leyes de patentes de semillas han afectado
a los agricultores indios. Vandana ha denunciado que las compañías controlan el
suministro de semillas lo que crea un sistema de esclavitud para los
agricultores y, como ella afirma, "cuando desaparece la libertad de semillas,
desaparece la libertad de los agricultores".
Con gran capacidad y determinación ha organizado a
muchos pueblos indios para que desconozcan los acuerdos internacionales que la
India firmó y están usando semillas propias en estas "repúblicas de la
biodiversidad", donde lucha por la formación de una democracia participativa,
basada en compartir, en repartir equitativamente, en el bien de la comunidad y
el ambiente.
Vandana Shiva lucha activamente a favor de los
derechos de los pueblos. Sigue denunciando a las corporaciones que explotan y
contaminan la tierra y el agua, y violan los derechos fundamentales de la gente.
Vandana Shiva es la autora de numerosos ensayos y
entre sus obras destacan: Monocultures of the Mind (1993) Abrazar la vida:
mujer, ecología y desarrollo (1995); Ecofeminismo: teoría, crítica y
perspectivas (1997); La praxis del ecofeminismo: biotecnología, consumo,
reproducción (1998); Biopiratería: el saqueo de la naturaleza y del conocimiento
(1999); ¿Proteger o expoliar?: los derechos de propiedad intelectual (2003).
Democracia de la Tierra: justicia, sostenibilidad y paz. “Earth Democracy” trata
sobre la vida más allá de la globalización corporativa, sobre otro modelo, sobre
otras maneras de actuar, y no solo en el futuro, sino sobre el mundo que se está
constituyendo aquí y ahora.
Vandana apuesta en este libro por una “democracia viva”, que es aquella en la
que la gente puede tomar decisiones sobre sus vidas e influir sobre las
condiciones en las que vive (por ejemplo, cómo cultivar sus alimentos, en qué
condiciones se producen sus ropas); la libertad de elegir cómo se educan sus
hijos; la libertad de establecer las condiciones de acceso a la sanidad, etc. La
doctora Shiva afirma que para la gente, una “democracia viva” es aquella que
afecta a todos los aspectos de la vida, no solo a la vida humana, porque nos
encontramos en un momento de la evolución en el que cualquier libertad de la
especie humana debe incluir a la de otras especies, tanto animales como
vegetales. La democracia de la Tierra incluye aspectos ambientales tan
importantes como la gestión del agua, comercio justo, patentes de semillas
transgénicas y agricultura ecológica, diferencias de género, etc. Les dejo al
micrófono con Vandana Shiva.
Democracia de la Tierra y los Derechos de la Naturaleza
Por Vandana Shiva
25 de noviembre de 2010, en el marco del Seminario "Derechos de la Naturaleza y Sumak Kawsay, una visión desde los pueblos del Sur", organizado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), UNIFEM Región Andina, parte de ONU Mujeres, el Programa de Pequeñas Donaciones (SGP) del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, la Red Oilwatch y el Instituto de Estudios Ecologistas del Tercer Mundo (IEETM), y realizado los días 25 y 26 de noviembre en el Hemiciclo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en Quito, Ecuador.
Muchas gracias a los diversos grupos que han
trabajado conjuntamente para construir esta Conferencia.
Hay tantas Conferencias que toman lugar en el
mundo ahora, pero yo escogí hacer este largo viaje, realmente desde el otro lado
del mundo, para estar con ustedes en este momento, aún cuando existen grandes
presiones allá en mí país que necesitan de mi presencia en casa. Hice este
recorrido porque Ecuador ha plantado semillas que son importantes y relevantes
no solamente para la gente de este país, sino para todo el planeta y el futuro
de la gente de nuestro mundo. He tomado el viaje, para honrar su Constitución
que es la primera Constitución que reconoce los Derechos de la Naturaleza.
En un momento en que, alrededor del mundo, todo
lo que existe debajo de la tierra está siendo extraído por corporaciones que han
sido redondeadas por tanto dinero – capital, creado a través del ficticio
proceso de Wall Street, donde cada corporación minera –según leía el otro día–
tiene 17.000 millones de dólares de beneficios con los cuales no saben qué
hacer, así que deben invertir en más minas, en más y más extracción de
minerales. Y, por supuesto, con toda esa cantidad de dinero, ustedes imaginarán
que todas las restricciones e impedimentos legales, se derriban por la fuerza
del dinero.
Recordarán que hace unos meses atrás, quizá hace
un mes, hubo casi por cinco días imágenes del lodo rojo vertido en Hungría.
Nadie conectaría el lodo rojo con el aluminio de estas puertas del salón, pero
es la parte final de la producción del aluminio. El aluminio está hecho con
bauxita. Por cada tonelada de bauxita extraída de las minas, una tonelada de
desechos es producida; 1300 barriles de agua son usados, 30.000 kilovatios de
energía son usados, pero todo esto es externalizado. Todo esto, en cada mina,
está siendo tomado debajo de la tierra y tornado a la superficie.
Por eso estuvimos felices, con el gran movimiento
de resistencia contra la minería en la India que comenzó en 2006, en uno de los
sitios más sagrados de la India llamado Niyamgiri, hogar de la tribu ancestral
Dongria Kondh. Niya, significa “ley”. “La Montaña que se levanta sobre
la Ley Universal” es el nombre en hindi para esta montaña. Los indígenas de
la zona dijeron: “si ustedes derriban esta montaña, destruyen nuestro mundo”;
porque todo está definido por esta montaña. Pero también tenían buenas razones
científicas porque todos los arroyos y ríos que riegan el valle bajan de esta
montaña, porque la bauxita es una muy buena fijadora de agua. Cada depósito de
bauxita está junto a ríos y arroyos que salen de ella.
Existe una gran compañía con sede
en India de nombre Vedanta, que justamente significa “el Fin de los
Vedas”. Los Vedas son el mayor grado de aprendizaje en India, pero detrás de los
Vedas, está el real conocimiento del mundo. Esta compañía, que básicamente está
devastando los derechos de la gente y sus ecosistemas, ha escogido llamarse
Vedantas porque todos los nombres tradicionales se asocian con corrupción,
aceptación de sobornos de las compañías indias, etc. Ellos pensaron que podían
sobornar a las cortes, que podían sobornar al
Gobierno, y así lo hicieron, tenían protecciones en cada nivel del Estado.
Los indígenas de la zona fueron a la Corte Suprema, y –encontrarán esto muy
familiar– un juez planteó, al aprobar este proyecto minero, que “todas las
tribus y gentes de la selva debían ser civilizadas, debían ser sacadas de las
junglas. Y la única manera de hacerlo era hacer funcionar la mina para que
existiese crecimiento económico.”
Pero esta montaña alberga tanta biodiversidad, tantas condiciones para la
reproducción de especies, que los indígenas celebraban en Julio el día de la
Montaña. Y tenían semillas de más de 60 clases de mangos cultivados. Tenían
piñas, naranjas, plantas medicinales, etc., y no necesitaban nada del mundo
exterior, excepto sal; y a cambio de ella, tenían tanto para dar al resto del
mundo.
Continuamos y persistimos apoyando con asesoramiento en el nivel científico y en
la batalla jurídica. El Gobierno, eventualmente, tuvo que aceptar con vergüenza
que había aprobado la construcción de esta mina. La compañía tuvo que retirarse
de la zona donde había trazado sus planes de operación y se acordó que se
dejaría intacta la Montaña.
Y ésta es la segunda razón por la que he venido a Ecuador en esta larga
travesía. Para honrar la iniciativa que ustedes han tomado al dejar el crudo
debajo del suelo en la selva amazónica. Y quiero decir que esto es tan
importante, porque lo que hace Ecuador al dejar el crudo en tierra o lo que
hemos hecho en India al dejar la bauxita en la montaña, o lo que logramos en
1998, en una de mis tempranas luchas contra la minería a cielo abierto, apunta a
demostrar que dejar los minerales en las montañas o el crudo en el suelo es la
manera de crear condiciones para que una economía mucho más amplia que la
economía extractiva, se afirme y desenvuelva. La única razón por la que la
extracción petrolera, minera y todas las actividades destructivas que contaminan
y destruyen la vida, sea definida como necesaria, es debido a una tramposa
manera de presentar la relación costo–beneficio. Los costos siempre están
ocultos y los beneficios siempre se encuentran exagerados. Además, los
beneficios que, en realidad van a parar a las corporaciones petroleras o
mineras, siempre se presentan como si la pobre tribu de repente se hubiese
vuelto millonaria. Nunca dicen a dónde está yendo el dinero. Nunca les dirán
que, en este momento, los commodities, que incluyen minerales y comidas
–han convertido a la comida en commodities– es donde la mayoría del
dinero hambriento de inversiones está yendo. Tras el colapso de Wall Street en
el 2008, durante la crisis de las hipotecas subprimes, la mayoría de
inversiones se dirige ahora a la economía real, pero en su fase destructiva; es
una economía destructiva de la economía de la vida.
Si ustedes miran los sesenta billones de dólares que se dieron a los bancos, se
darán cuenta de que, cuando se trata de los ricos, los gobiernos tienen el
dinero para gastar. Infortunadamente, siempre tiene el dinero para gastarlo en
las cosas equivocadas; tienen dinero para gastarlo en bombas, en aviones de
combate. Tienen el dinero para gastar en subvencionar a las grandes
corporaciones e instituciones financieras, pero cuando se trata de asegurarse
que el campesino reciba por sus productos un precio correcto, de que los niños
tengan cobertura de salud, de que todos puedan tener alimentos, entonces, de
repente, están cortos de dinero. De pronto se han vuelto pobres. Y esta
esquizofrenia de poseer riqueza ilimitada cuando se trata de ayudar a los ricos
y tornarse miserables cuando se trata de ayudar a los pobres, es la fuente del
error cuando definimos la economía.
La economía ya no es más eco-nomía; la palabra economía tiene la misma
raíz lingüística que la palabra ecología. Ambas comparten su raíz en la palabra
Oikos, que significa hogar. El hogar al que nos referimos es este
planeta. Ecología es la ciencia de esta casa; la economía supuestamente
debería ser la administración del manejo de este hogar. Mientras esto estuvo en
manos de las comunidades locales, mientras estuvo en manos de sociedades
democráticas, manejamos bien el hogar. No matamos a nuestros ríos, no talamos o
destruimos nuestras selvas, no extrajimos hasta el último pedazo de mineral; no
creamos hambre a través de un sistema alimentario que constantemente está
clamando haber terminado con el hambre y la pobreza.
Hoy la economía es un elemento tan distante a cualquier noción de hogar y
pertenencia. Ni al planeta ni a los hogares en términos de las economías
domésticas de las familias. Oikos es un concepto vacío, vacío de hogar.
Ya no se refiere al hogar-planeta, ni a la administración del hogar- familia de
las economías domésticas.
La globalización corporativa ha sido impulsada en las últimas dos décadas a
través de dos instrumentos: el primer instrumento, especialmente aplicado, hasta
hace poco, solamente en países del Sur –estoy segura que en Ecuador lo tuvieron,
así como lo tuvimos en India– fue el ajuste estructural. Por supuesto,
ahora el ajuste estructural está a las puertas en Islandia, Grecia y
Portugal; es decir, el FMI ya no solo impone medidas de ajuste en el Tercer
Mundo, ahora se ha vuelto un sistema global para hacer pagar a los pueblos y a
la gente los errores generados por la codicia y la deshonestidad de las
entidades financieras. Cuando el mundo financiero es ahora, en sí mismo, tan
deshonesto… saben, en India tenemos este documento que es el pagaré, que dice:”
prometo pagar el préstamo”, porque eso básicamente es lo que el dinero
es: una promesa; una promesa de decirte te daré diez centavos con diez rupias.
Hoy, ha sido convertido en la medida de la riqueza, la propiedad y el poder.
Pero, ¿qué son 300.000 millones sino dinero ficticio recorriendo el mundo? Ahora
las finanzas son 70 veces más grandes que la economía de bienes y servicios.
Entonces, cuando tiene unas finanzas que son 70 veces más que el sector real de
la economía, esas finanzas van a querer controlar toda la economía. Este dinero
hambriento, como lo llamo, está tan desesperadamente hambriento, que quiere la
última gota de agua, la última biomasa, el último pedazo de alimento, etc., y lo
quiere tomar en contra de los derechos de la naturaleza y de los derechos de la
gente. Los derechos de la gente han sido incorporados en la mayoría de nuestras
Constituciones.
En India tenemos un poderoso artículo, el Nº. 21, en donde se establece que el
Estado “tiene la obligación de proteger la vida”. Este es el artículo en el que
he basado cada proceso judicial ambiental, y hemos ganado cada uno de ellos,
desde la minería de canteras, hasta la agricultura industrial contra la
campesina, etc. El “deber del Estado de proteger la vida” significa que hay
límites para las actividades comerciales que amenazan la vida. El primer caso
que ganamos en la Suprema Corte de la India, tuvimos un maravilloso juez, que
sentenció que cuando el comercio amenaza la vida, el comercio debe ser detenido,
porque la vida debe continuar. Pero ahora, gracias al segundo instrumento de la
globalización económica –al que llamo globalización corporativa– tenemos
una perversión de este principio.
Esta perversión es la Organización Mundial del Comercio y los nuevos Tratados de
Libre Comercio que se imponen a los países, desde que detuvimos exitosamente a
la OMC en Seattle. Un pequeño puñado de nosotros sentimos que era tiempo de que
los asuntos del libre comercio sean tratados por la esfera pública. Esto no era
“libre comercio”, sino comercio forzoso; esto no era sobre el bienestar de la
gente o de los pueblos, sino sobre el bienestar de las corporaciones.
Recuerdo haber debatido con la gente de la OMC en una discusión en Washington, y
ellos sostenían que el libre comercio trataba sobre la democracia, sobre el
derecho de la gente de elegir y comprar lo que quieren, cuando lo quieran y
elegir el país de donde lo quieren. Yo tuve que contestarle que este modelo
confisca la libertad de los ciudadanos al producir cosas que la gente podría
proveerse por sus propios medios para manejar sus vidas y así evitar convertirse
en consumistas. El consumismo es lo opuesto a la libertad. La
palabra consumo viene de la edad media, para referirse a las personas que
morían de tuberculosis, para graficar el modo en el que morían consumidos
por la enfermedad. Pero ahora la palabra consumo supuestamente define
nuestros más altos estándares de vida.
Nuestras economías se destruyen en el nombre del consumo y el derecho de cada
uno a comprar lo que quiere, pero el hecho es que no todos podemos ser
consumidores.
Lo que tenemos es una situación desquiciada en la que un gran país como China
parece ser el único productor para el mundo. Este país ingresó a la OMC en el
año mismo de la masacre de Tianamén con la aprobación de los EEUU, porque las
corporaciones querían trasladar sus fábricas allá para reducir los costos con
mano de obra barata y maximizar los beneficios de este modo, así como se mudaron
a la India para abaratar los costos del software. ¿Pero quiénes han hecho
todo este dinero? ¡Cuarenta billones de dólares como ganancias anuales
adicionales extraordinarias para IBM y la industria del software!, esto
es lo que llaman outsourcing; sacar las industrias de su base nacional.
Pero la mayor operación de outsourcing ha sido trasladar la contaminación
y las industrias extractivas para que actúen con mayor intensidad en los países
del Sur. Finalmente, tienes un sistema que piensa que el crecimiento sin fin y
el consumismo ilimitado pueden seguir adelante sin tomar en cuenta los límites
ecológicos del planeta, sin los límites económicos de la gente. Pero si la gente
está desempleada ¿cómo van a ser consumidores? Solo miren el dato, en Estados
Unidos las deudas acumuladas por hipotecas vencidas ascienden a cerca de treinta
billones de dólares.
La gente está comprando más y más todos los productos defectuosos de China y lo
hace cada vez porque las cosas se estropean bastante rápido. Si en una aldea tú
haces tus propios zapatos de cuero, te duraran por 5 o 10 años, haces un buen
chal –yo todavía uso el chal y el sari que me tejió mi madre– y te durará un
buen trecho de tu vida, compras un producto que imita una gran marca en China y
al segundo día, mágicamente, se ha desintegrado (risas). Entonces, hay muchas y
muchas ventas para hacer, porque el mismo producto se venderá 500 veces debido a
su rápido desgaste; y así, usted compra muchas veces en el más claro anonimato,
porque no importa de dónde venga el producto.
Ésta es otra marca de la globalización: borra la fuente en donde se produce, la
torna anónima. Le dicen que no importa de dónde venga el producto, usted no
tiene por qué saber esto. Por ello, se vuelve posible mezclar melanina con
comida de bebé. ¿Recuerdan este caso? ¿Aquellos diez niños que murieron y el
pobre padre de familia que inició la lucha para evitar que más niños fueran
alimentados con la comida envenenada que los mató? ¡Bueno, eso pasó en China y
ese hombre está en la cárcel ahora! ¡Y esto es la muerte misma de la democracia!
Cuando puedes ser asesinado y decides defender tu derecho a la vida, si lo
haces, terminas en la cárcel. Después de Seattle, el jefe de la reunión de la
OMC, dijo que la OMC es la Constitución del Mundo. ¿Quién escribió la
Constitución del Mundo? MONSANTO, porque ellos escribieron la parte sobre los
derechos de propiedad intelectual forzando a que sea necesario firmar tratados
adicionales sobre este tema.
Siempre ha habido comercio, pero todo estaba basado en decisiones soberanas de
los gobiernos respecto de lo que se debía intercambiar. Era comercio basado en
soberanía. El nuevo comercio resta importancia a la soberanía. Los nuevos
tratados que han sido incorporados a la OMC, que no estuvieron antes en el GATT,
son los tratados de propiedad intelectual que proclaman que las semillas son
propiedad de MONSANTO, porque la semilla es su creación. Ahora MONSANTO está
tomando el papel de Dios: “Hemos inventado la vida en la tierra, deben pagarnos
regalías”. ¿En qué se traduce el pago de las regalías en lo referente a las
semillas? Hemos aprendido una muy amarga lección. Antes era imposible para una
compañía proclamarse inventores de la vida, porque una especie tiene su
integridad, la vida tiene su integridad, su complejidad, etc. Si te molestas en
poner un gen tóxico en una semilla y preparas un OGM [Organismo Genéticamente
Modificado], no será este gen el que defina la reproducción de la próxima
generación de semillas, sino la cadena original de la semilla en la que
insertaste el gen tóxico. Así que la vida, en sí misma, no puede ser
“ingeniada”, no es sujeto de la ingeniería. La introducción de un gen no es
“ingeniería” de la vida.
Por ello empezamos Navdanya, para decir que esto es improcedente y que, además,
una patente sobre una semilla quiere decir que un campesino no puede guardar
semillas. Los representantes de MONSANTO fueron inmediatamente a la OMC cuando
ésta fue formada en 1995 y declararon haber logrado algo sin precedente en la
industria de la agricultura y tenemos un problema con ello, insisto: los
agricultores guardan las semillas. Los representantes de MONSANTO ofrecieron la
solución, convertir en un delito al almacenamiento tradicional de semillas de
los agricultores. Los derechos de propiedad intelectual fueron la
criminalización de los derechos de guardar e intercambiar semillas. Para mí,
esto constituye una clara violación a los derechos de la naturaleza y los
derechos de los agricultores. Empezamos Nandanya, que significa nueve semillas y
al tiempo significa “el nuevo regalo”.
El nombre de las nueve semillas lo aprendí de un agricultor indígena. Estaba
haciendo selección de semillas y no estaba segura de que el concepto que
circulaba en esa época, recursos genéticos, fuese el apropiado para
nuestro trabajo. En 1987 no existía aún el concepto de biodiversidad. La
biodiversidad se empleó a partir de la Conferencia Mundial sobre
Diversidad Biológica, que conceptualizó la biodiversidad como la diversidad de
formas de vida. En ese momento, solamente teníamos el concepto de recursos
genéticos. Pero en cualquier otra lengua, este concepto se traduce como
átomos de la planta. Y si vas con un agricultor y le dices “guarda los
átomos de la planta”, el agricultor diría ¿pero qué son los átomos? Y luego
tendrías que desarrollar toda esta larga discusión sobre el ADN y los genes que,
de todas maneras, es incorrecta porque la vida no se reduce a los genes. La vida
es mucho más.
Estábamos haciendo una investigación sobre recolección de semillas en un área y
encontramos a un agricultor con nueve tipos de cultivos. Debido a mi oposición a
los monocultivos, cada vez que veo a un agricultor con más de un cultivo, lo
celebro (risas). Le dije: tiene nueve cultivos, ¡qué bien!, el agricultor se
volteó casualmente y me dijo: Sí, Navdanya… Le dije, me contestas como si
fuese algo muy significativo, ¿lo es? Él me contestó: ¿No sabe usted nada?
En ese momento entendí que puedes tener un PHD y en realidad no saber mucho.
Yo no sabía que las nueve semillas recreaban los nueve planteas del sistema
solar y que representaban el balance de la nutrición en nuestros cuerpos. Es una
cosmología sobre la armonía ecológica de la vida, sobre la armonía nutritiva en
nuestros cuerpos. Y ahí, me dije a mí misma: ¡Claro! Ésta es la palabra, porque
las personas que están en Navdanya pueden enseñarnos sobre las maneras de
recreación de la vida. Nia significa nuevo y Nav también significa
“regalo”, y este es el nuevo regalo para la humanidad: la idea de que compartir
no es un crimen, que los bienes comunes son vitales para nuestra sobrevivencia.
Desde que empezamos este trabajo en 1987, declaramos todos los años que todos
nuestros miembros –no se necesita dinero para ser miembro, solo firmar un
compromiso– estamos comprometidos con la protección de la vida, la protección de
la agrobiodiversidad; hemos recibido estas semillas de nuestros ancestros, que
las han compartido y almacenado, y es nuestro deber seguir almacenando y
compartiendo las semillas, por lo que no obedeceré ninguna ley que declare
ilegal el cumplimiento de mi tarea por el futuro de la tierra y de nuestras
comunidades.
Este juramento significa la búsqueda de la verdad, y la verdad de la vida en la
tierra es que la vida en la tierra es íntegra, no salió del laboratorio de
MONSANTO. Entró al laboratorio de MONSANTO y ellos pueden haberla mutilado,
torturado, etc., pero no se creó en el laboratorio de Monsanto. Por tanto,
guardar las semillas y mantenerlas libres de patentes es un elemento vital para
la democracia de la tierra.
Otro tratado, otra columna de la globalización es el acuerdo agrícola sobre la
tierra. Este acuerdo fue escrito por el vicepresidente de CARGILL, que es la
corporación más grande del mundo en el comercio de granos. Se convirtió en
diputado para poder integrar la delegación estadounidense sobre agricultura, y
así escribió el acuerdo sobre agricultura. Dudo que ustedes lo hayan leído, es
un documento terriblemente aburrido. No tiene nada que ver con la tierra, no
menciona a los alimentos, no menciona a los agricultores. ¿Me imagino que la
agricultura tiene algo que ver con esto no? (risas). Menciona impuestos de
mercado, exportaciones competitivas y subvenciones domésticas. Todo esto se
traduce en una sola cosa: ¿Por qué sus agricultores no han entrado al sistema de
mercado? Porque entre las semillas de Monsanto y los contenedores de Cargill,
existe una sociedad. Cargill lleva y comercia las semillas que le pertenecen a
Monsanto. Alrededor del mundo, todas las semillas que Cargill comercia fuera de
los EEUU, le pertenecen a Monsanto. Y Monsanto, por supuesto, procura comprar
todas las compañías de semillas, pero, desde luego, no pueden. Ellos poseen el
95% de las semillas genéticamente modificadas que se comercian en el mundo, pero
también poseen una buena parte de las semillas no modificadas genéticamente.
Están comprando aquellas compañías que producen semillas orgánicas para cerrar
las divisiones de producción orgánicas de estas compañías. No quieren, bajo
ninguna circunstancia, estas divisiones, por ello, constantemente impulsan leyes
que declaran ilegales los bancos de semillas, a fin de que todas las semillas
sean patentadas. En India, introdujeron el algodón genéticamente modificado de
manera ilegal. Pero estaban tan confiados sobre su dominio en el mundo que
pensaban que en un año estarían vendiendo el algodón genéticamente modificado de
manera legal. Yo conozco mis leyes, sé que se deben hacer una serie de
experimentos e investigaciones para aprobar una semilla genéticamente
modificada, tenemos una Ley de Semillas que requiere varios procesos de
experimentación previa, pero ellos pensaban que introducirían en la India los
cultivos genéticamente modificados tal como lo hicieron en EEUU, sin obedecer
ninguna ley o como lo han hecho en otras partes del mundo. Demandamos en la
Suprema Corte y fueron forzados a pasar por todos los procedimientos legales y
científicos para su aprobación.
Solamente llevaron dos clases de semillas para experimentar, dos clases de
semillas de papas. Hay cientos de variedades, cada una con una cualidad
diferente…Fíjense la inteligencia y brillantez que corre por sus mentes.
Recuerdo que fuimos una vez a una granja fuera de India para ver un experimento.
Todos los años salen con la misma cosa, con que han creado un nuevo producto,
una nueva calidad que siempre termina siendo una farsa. Decían haber
incrementado la proteína en una papa, al poner genes de amaranto en ella. Por
supuesto, el amaranto es muy proteico, es casi 40% de proteína. El problema con
estas papas es que solo pudieron incrementar un pequeño porcentaje de proteína
adicional y no sabían a papa. Estoy segura de que las papas en India tienen un
alto nivel de proteína porque no “importan” la proteína de fuera, no la crean en
laboratorio, y saben a papas. Pero una vez que vuelves un alimento en
commoditie, ya no importan sus propiedades o para qué será usado. Si yo
cultivo alimentos para comer, debo saber cómo se debe ver, cuál es su sabor, sé
que esta clase de papa debe ser cocinada de esta manera, sé cómo deber ser
preparado este arroz; una clase de arroz será buena para el estofado, otro será
bueno para el arroz relleno, otro será bueno para los niños, otro será bueno
para los ancianos, etc. Tenemos todo ese saber gracias a la diversidad. Pero
cuando un alimento ha sido transformado en un commoditie, no importa. Irá
a la industria del almidón. En Europa, a lo largo de un juicio contra una papa
modificada genéticamente, se ha fallado a favor de esta papa bajo el argumento
de que no será utilizada para consumo humano sino como fuente de almidón. Así
han tratado de aprobarla, diciendo que una papa no es para comer. ¿Para qué
cultivas una papa si no es para comer? (risas), ¿acaso harán marcos para
ventanas con las papas?, ¿de qué hablan?
Tomen el ejemplo de la soya, un cultivo que se usaba para comer y de repente
existe un movimiento mundial para impedir la producción de la soya. No porque
sea malo producir soya, sino que los acres de tierra que han incrementado los
cultivos de soya en Argentina, Brasil, EEUU, serán transformados en combustible
para autos, para torturar al material de la soya y fabricar pienso. ¡Pero las
vacas no quieren soya, lo que quieren es pasto! Su estómago está diseñado para
procesar el pasto, son herbívoras; ahora no, de repente proclaman: ¡no comen
pasto!
¡En EEUU la situación es una locura! El 70% de los cultivos va para el
balanceado del alimento de las vacas, el 30% va para los agrocombustibles, ¿y
todavía se piensan a sí mismos como el país super abastecedor de
alimentos? ¡Ya no hay alimentos para abastecer a la gente después de la
ganadería y el combustible! Este tipo de producción está creando falsa escasez.
La primera falsa escasez es la de la biodiversidad. En la India, el algodón BT
ha destruido 1500 variedades de algodón que solíamos sembrar. El precio del
algodón ha subido de cinco y siete rupias, a 3200 el kilogramo, de estos cada
2400 rupias son derechos de royalties (regalías) pagadas a Monsanto, eso
significa 200 millones de dólares anuales que le llegan a Monsanto sentados allá
en su oficina de San Louis. Han quebrado a las compañías de India y las han
comprado, controlan la industria del algodón, y han reemplazado a los señores de
la tierra (terratenientes), convirtiéndose ahora en los señores dueños de la
vida.
Los campesinos indios se pasaban la vida trabajando para los señores de la
tierra, mientras los señores de la tierra solían verlos sentados. En la misma
medida ahora tenemos señores de la vida, que ahora se sientan a mirar cómo sus
ganancias por propiedad intelectual se incrementan, mientras los campesinos se
quiebran el lomo para poder pagar estas constantes tarifas que imponen las
regalías y que alimentan a las Corporaciones. Además, como estas semillas han
traído nuevos insectos y enfermedades desconocidas, compañías como Monsanto han
aparecido ahora con una nueva generación de pesticidas y venenos más potentes
como el Round Up y BT2. De hecho, ellos tienen ahora un paquete que se llama el
“paquete inteligente” o el “paquete g” para los organismos genéticamente
modificados. Y no puedo evitar recordar una cita de Einstein que sostiene que
“una señal de demencia es continuar haciendo lo mismo una y otra vez esperando
un resultado distinto”.
Monsanto ha puesto genes tóxicos que han fallado en su intención de controlar
las enfermedades, y esperan que doblando la carga tóxica de los genes logren
milagrosos resultados. Eso es demencial. Tan demencial como los inversores que
apostaban en EEUU por el “riesgo” de los compradores de hipotecas, recuerdo que
veían acercarse las fechas límites de pago de las hipotecas y realizarse
acciones jurídicas para cobrar las hipotecas que no se podían pagar, y cuando
los pagos de las hipotecas de riesgo fallaron, dijeron ¡hagámoslo de nuevo!,
las volvieron a comprar cuadriplicando su valor y ahí es cuando la economía
colapsó.
Entonces, algo no funciona, hagámoslo de nuevo y hagámoslo más intensamente.
Esta es una clara señal de locura y estamos viviendo un orden económico
completamente demencial.
Los pobladores ancestrales siempre lo supieron, los campesinos que han pagado
enormes sacrificios lo supieron; 200.000 campesinos indios cayeron en severas
deudas, tanto que muchos, incluso, optaron por el suicidio, éstas son las
estadísticas oficiales en India y todo comenzó con la globalización.
Otro tratado similar es el Acuerdo General de Servicios y Comercio. Según este
acuerdo, todo lo que existe bajo el sol es un servicio. El agua es un
“servicio”, por ejemplo. Y todos los seres de la tierra son “proveedores de
servicios”. Pero hay algo extraño en este tratado porque, si miran el sector de
las semillas, cinco grandes corporaciones controlan este sector; si miran el
comercio del sector alimentario cuatro grandes compañías controlan su comercio;
si miramos la privatización del agua, cinco compañías controlan su
privatización. Alrededor del mundo, la gente y los pueblos están diciendo, la
comida no es un comodittie, el agua no es un comodittie, y la
gente está luchando. Bolivia, fue capaz de expulsar a la Bechtel y al Banco
Mundial, y generar todos los importantes cambios políticos que han permitido
ahora a los gobiernos tomar la iniciativa, como en Ecuador, a escribir los
derechos de la naturaleza y convertirlos en una obligación legal, no los
derechos de los inversores, no los derechos de las industrias contaminantes,
sino los derechos de la madre tierra.
En el caso de los alimentos, la conversión de la comida en commodities no
solamente ha empeorado su calidad…Por cierto, debo decirles honestamente que no
puedo comer en EEUU. Me compro un pastelillo y me sabe amargo, porque mi lengua
está todavía acostumbrada a los endulzantes naturales. Y cuando se habla de las
terribles consecuencias de la industria alimenticia en EEUU, lo puedo comprobar
por mí misma. Lo sé, no sabe a comida. Ni siquiera puedo lograr terminar un
huevo, en serio, no puedo, porque todo tiene muchos preservantes y extraños
sabores que no vienen de la comida.
Recuerdo que llevé un grupo de mujeres a un Festival Cultural de la UNESCO en
España y tuve el cuidado de pedirles que lleven algunas de las semillas que
hemos preservado para que se muestren en el festival. Las semillas de mango son
una comida que nosotros llamamos, “la comida olvidada” porque son alimentos que
solíamos utilizar para comer pero que ya hemos perdido la costumbre de hacerlo;
y al tercer día, las mujeres que habían venido conmigo se me acercaron y me
preguntaron ¿podemos tomar estos paquetes de semillas para comer?, les pregunté:
¿Por qué, acaso no les han dado comida? Y me contestaron: No, no podemos comer
aquí, ¡Es abuction! (en hindi). ¿Qué significa abuction? Es algo
tan desagradable, tan despreciable, tan desecho que no se puede comer. Entonces,
tienes que se ha degradado la comida, se ha degradado el suelo, 70% del agua
utilizada en el mundo es para la industria y la agricultura industrial que
destruye los ecosistemas. Se ha destruido, a través de este modelo alimentario,
8500 especies de plantas que se utilizaban en India. Hoy, con el sistema de
comercio globalizado, solo ocho son comerciadas globalmente y de ellas cuatro se
siembran en el suelo de la India, y por supuesto, las cuatro tienen patentes:
maíz, sorgo, soya y algodón. Eso es todo. ¿Pueden imaginar la pobreza de
nuestros ecosistemas?
Pero hay otra pobreza, mi libro titulado “Tierra y No Petróleo”, muestra que el
40% de todos los impactos de los gases de efecto invernadero pueden ser
atribuidos a la industria globalizada de alimentos. Este sistema, también está
haciendo que la producción de alimentos sea más vulnerable, en la medida en que
la temperatura se incrementa, los glaciares se derriten, el agua desaparece. Las
represas se intensifican y causan más y más inundaciones.
Nuestro trabajo en Navdanya, que está por cumplir dos décadas y media, muy
cuidadosamente nos ha permitido medir que las granjas que cultivan y crecen en
medio de biodiversidad, que producen alimentos orgánicos en pequeña escala, en
un determinado momento se transforman en abastecedoras de alimentos, es decir se
convierten en las granjas que utilizan monocultivos y agroquímicos, quebrando el
anterior patrón de cultivos. Entonces, la idea de que debemos industrializar la
agricultura sacando a nuestros agricultores tradicionales fuera de sus tierras,
es una idea extremadamente distorsionada. Esta es la idea que se ha convertido
en una Ley de la Tierra en India, es además la idea que está sirviendo de modelo
para la Ley de la Tierra en África. El Presidente Obama vino a la India
recientemente y solo habló de dos cosas; la primera fue vender aviones de
combate para Boeing, justificándolo al decir: “quiero crear 15.000 puestos de
trabajo para los estadounidenses”. Algo está mal, si la mayor superpotencia del
mundo, tiene que mendigar empleos en la otra parte del mundo. Algo está
terriblemente mal con la economía. La otra cosa que el Presidente Obama dijo es
que quería que India se sume a las iniciativas de EEUU para introducir los OGMs
y la agricultura industrial en África, puesto que “éste es el futuro de la
seguridad alimentaria”. Entonces, yo le escribí una carta para decirle: no, el
futuro de la seguridad alimentaria está en el patio de su jardín con los
cultivos orgánicos de Michelle Obama. Si es suficientemente bueno para usted,
entonces es suficientemente bueno para el mundo.
Así que cualquier seguridad de la que se trate en este mundo, la seguridad de la
biodiversidad, la alimentaria, de la supervivencia o cualquier otra que se
pretenda, tiene en los ecosistemas protegidos por la diversidad y la naturaleza
y que trabajan con estos, los mejores elementos para la seguridad. Porque estos
ecosistemas funcionan mejor para y con la gente también.
Es por ello que el tema de los derechos de la naturaleza se vuelve tan
interesante en nuestros tiempos. Porque el mundo ha atravesado 500 años de
colonialismo, otros 50 años de neocolonialismo que lo hemos llamado “desarrollo”
y otros 10 o 20 años de colonialismo recargado que llamamos
globalización. Todo este mundo empieza a despertar de este mito que advierte que
“si protegemos la naturaleza la gente tendrá cada vez menos”, y solo a través de
la explotación y destrucción de la naturaleza podemos proveer más a los seres
humanos; y por ello, debemos destruir, pedazo a pedazo, el mundo, debemos
destruir cada bosque, cada selva, para poder tener crecimiento. Creo que
estamos en un momento en donde este mito ha colapsado. No es capaz de proveer
bienestar humano a ningún nivel. Así que, incluso para proveer bienestar a los
humanos ahora debemos cambiar el modo y encontrar una nueva manera, y esa nueva
manera es poner a los derechos de la naturaleza en primer término. Sobre la base
de esos derechos de la naturaleza y la protección de la naturaleza, será posible
que tengamos más agua limpia. Si nuestros ríos están protegidos tendremos más
agua para nosotros.
Las mujeres eliminarían el hambre en el mundo en el mismo periodo en el que las
mineras claman que erradicarán el hambre en una aldea mediante la extracción de
oro. Las mujeres erradican de hecho el hambre, al proteger la biodiversidad,
apoyar las pequeñas granjas, defender los sistemas de comida local, y solamente
intercambiar (comerciar) aquello que no podemos sembrar en nuestros suelos.
Ecuador y la India son parte de esta tan privilegiada situación donde hay tanto
que podemos cultivar que otros países no pueden. Así que podemos satisfacer
nuestras necesidades de alimentos e incluso exportar. India tiene especies,
ustedes tienen amaranto, papas, quinua, etc.
¡Ese es el futuro! Proteger los derechos de la tierra, también nos protegemos
nosotros. La idea de que los derechos humanos son opuestos a los derechos de la
tierra es ecológicamente falsa, filosóficamente falsa, y es otro mito creado por
esa antigua modernidad que pensaba que la naturaleza estaba muerta, la gente era
estúpida y solamente las corporaciones podían crear riqueza. La naturaleza nos
da riqueza, la gente maneja esa riqueza al co-crear con la naturaleza, y esto es
cada vez más fácil de apreciar en cualquier población a lo largo del mundo.
La particular visión de los derechos de la naturaleza que han recogido ustedes
en su Constitución, reconoce que hay algo superior al crecimiento económico.
Lo llaman Sumak Kawsay. En India tenemos un muy antiguo y ancestral concepto
sobre ser la familia de la tierra; pero no somos la única familia que vive en
este planeta, somos una comunidad de la tierra, y debemos de vivir de tal
forma que no desplacemos el espacio ecológico de ningún otro ser –que no se
reduce solo al ser humano, sino a cualquier especie viva–. Este pensamiento
supone un punto de partida bastante diferente al del crecimiento económico.
El paradigma del crecimiento económico dice explota rápido, convierte a la
naturaleza en dinero y tienes una solución mágica, pero como los nativos
americanos dijeron, “solo cuando hayas matado el último pez y cortado el último
árbol te darás cuenta de que no puedes comer el dinero”
El hecho de que los derechos de las personas y los derechos de la naturaleza
fluyen en la misma dirección es parte del nuevo potencial de los derechos de la
naturaleza en la Constitución Ecuatoriana.
Nada de esto estaba pasando cuando escribí “La Democracia de la Tierra”. Escribí
el libro, porque estaba harta de los globalifílicos que decían que “los
anti-globalizadores solamente saben a qué se oponen, pero no saben a favor de
qué están”. Y mi respuesta permanente fue: estamos en contra de su avaricia, en
contra de su explotación, estamos en contra de la injusticia que están
perpetrando, porque sabemos a favor de qué estamos. Estamos a favor de la
sustentabilidad, estamos a favor justicia y a favor de la paz. Y ese fue el
debate contra el crecimiento que recoge “La Democracia de la Tierra”. Si
escribiese este libro ahora creo que lo elaboraría con mucha mayor riqueza,
incluyendo cosas como la Constitución ecuatoriana.
Pero este cambio tan singular está pasando en todas partes. Cuando ustedes ven
la misma fotografía de AP en cada periódico del mundo podemos dar cuenta de que
la noticia es programada, porque normalmente, diferentes medios deberían tener
diferentes fotografías. Debería haber foto-diversidad. Pero cuando las cosas
pasan espontáneamente en diferentes partes del mundo, puedes estar seguro que
hay una gran corriente de cambio, que está creando verdaderas placas tectónicas
en la consciencia de la gente. Y esa es la clase de placas tectónicas que están
tomando lugar en un país como Ecuador, capaz de incluir los derechos de la
naturaleza cuando escriben la Constitución. O el Reino de Bután, cuyo Primer
Ministro me ha alentado a ayudarlos porque quieren volver su producción orgánica
al 100%. En la actualidad su producción es 70% orgánica pero quieren llegar al
100%. Algunos años atrás me enviaron una carta contándome que no medirían más el
Producto Interno Bruto (PIB) porque es una falsa manera de medir cómo se va
desempeñando el Reino. Plantearon medir la Felicidad Interna Bruta, y de hecho
lo hicieron con 72 indicadores. La última vez que estuve en Bután, el Gabinete
debatía si deberían unirse o no a la OMC. Revisaron sus 72 indicadores y se
dieron cuenta que la gente estaría descontenta con las consecuencias de adoptar
las reglas para entrada a la OMC; entonces decidieron no entrar y así preservar
su Felicidad Nacional.
La felicidad, por supuesto, puede parecer un término vacuo, pero la felicidad
supone riqueza, la riqueza incluye la riqueza material, pero también incluye la
espiritual y cultural.
Ellos tienen cuatro pilares de sus índices de felicidad, que creo deberíamos
tener en cuenta para profundizar sobre los derechos de la naturaleza en nuestras
constituciones: 1) Armonía con la naturaleza 2) Dignidad y orgullo de la cultura
local 3) Respeto a los ancianos y, 4) un Desarrollo Sostenible que respete todo
lo anterior.
Estos cambios no son triviales. Cuando miran a su alrededor y miran la
organización del mundo, tienen por una parte, unas pocas corporaciones que
pueden, literalmente, controlar todo el planeta, todos sus recursos, tratando de
controlar todos los gobiernos y convertirlos en Estados favorables a las
corporaciones –por tanto, destruyendo la democracia–, y utilizando los recursos
no renovables como si fuesen a durar para siempre. El petróleo en el Medio
Oriente, por ejemplo.
Por otra parte, ustedes tienen 300 millones de especies a quienes podemos
escuchar si queremos escuchar. Los pueblos indígenas lo hacen. Sé de tribus en
India que lo saben exactamente; ellos dicen, “No, los venados no nos han dado su
permiso para cazar”. Ellos piden permiso antes de cazar. Pescadores que pueden
ver a varias millas de distancia en el océano cuantos cardúmenes de peces están
cerca, qué otras especies están con ellos, dónde debería instalarse la red para
atraerlos. Esta clase de inteligencia con la naturaleza está ahí, esperando ser
aprendida. Esperando ser enseñada.
Seis mil millones de personas de las cuales, diría yo, la mitad está
extremadamente vitalizada hacia los derechos de la naturaleza y otros están
empezando a volverse sensibles a ello.
Luego tienes a la sociedad del consumo, del úsalo y tíralo, con sus
grupos de privilegio diciéndole a más y más gente que no los necesitan. Incluso
tienen una palabra para ellos, los llaman “personas redundantes”. ¿Cómo puede
alguna persona, algún ser humano ser “redundante”?. Los llaman “desechables”.
Solían decirnos que hemos sido lo suficientemente inteligentes como para crear
el Estado de Bienestar y la seguridad social, pero esto ha sido desmantelado,
ahí donde alguna vez existió; entonces todos seremos dejados de lado sin ninguna
forma realista de seguridad social, así que tenemos que crear nuestra propia
forma de seguridad, ¿de dónde crearemos estas forma de seguridad? Ahí es cuando
los derechos de la naturaleza toman su lugar. La seguridad vendrá de nuestro
respeto a la naturaleza y emergerá de la naturaleza en la medida en que
encontremos formas colectivas de auto-sostenimiento. Auto-sostenimiento
colectivo, significa que construimos comunidad, que donde tenemos comunidad hay
que defenderla, y donde la hemos perdido hay que recrearla. De la misma manera,
cada espacio y aspecto del mundo que las grandes corporaciones desearían
privatizar, lo defendemos ferozmente como nuestros bienes comunes; el agua es un
bien común, las semillas son un bien común, los bosques y selvas son bienes
comunes; el mar es un bien común, el aire es un bien común.
Porque, en definitiva, el asunto es que todos los bienes comunes son parte de la
atmósfera que, desde luego, es un bien común que nos pertenece a todos y todos
tenemos el derecho a compartirla, y no el derecho de los contaminadores, de
primero contaminarla y repartirse ahora toda la atmósfera a través de los
mercados de carbono.
El sistema dominante que está extendiendo su vida a través de las subvenciones
de los gobiernos, es como un paciente en terapia intensiva, pero el oxígeno se
le está acabando. Seis mil millones se les han pagado para salvar a los bancos,
ya no hay mucho más para expropiar a la sociedad, ya no hay mucho para sacar de
las arcas públicas de los gobiernos y del dinero público. Este sistema no puede
continuar, quizá cinco años más, quizá diez años más, yo prefiero que dure lo
menos posible. Necesitamos otro sistema, y ese otro sistema es la Democracia de
la Tierra, ese otro sistema es el reconocimiento de que somos solo una más entre
otras especies, que tenemos el deber de proteger a las demás pero, tal como
todas las especies sobre la tierra que tienen el derecho de desarrollarse y
proveerse del alimento que les da la tierra, nosotros también tenemos estos
derechos fundamentales al agua y la comida. Estos derechos humanos están
íntimamente conectados con los derechos de la naturaleza que son, desde mi punto
de vista, los más significantes derechos humanos, la más importante lucha por la
democracia de nuestros tiempos, es el más importante aspecto para la justicia,
para la paz y para la sostenibilidad. Las cosas pasan a tal velocidad que es
posible que aquellos que les gustaría pensarse al margen de los problemas, no
serán capaces de adaptarse a crisis como las del África, pero aquellos que han
sido enseñados por la naturaleza, con la tierra y que digan: “Somos parte de ti
madre tierra y estamos aquí para protegerte, te defenderemos con toda nuestra
energía, con todo nuestro amor, todo nuestro cuidado”, esa energía es la que
realmente podría hacer posibles los cambios.
Gracias.
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Video de la conferencia en inglés:
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