Alfa Virginis. Poética de Sonia Félix Cherit
Gabriela
Huerta Tamayo
Palabras con motivo de la inauguración de la muestra Alfa Virginis de Sonia Félix Cherit
Museo de la Mujer
Centro Histórico de la Ciudad de México, 8 de junio de 2015
Buenas tardes.
Casi puedo asegurar que la prensa y las
y los visitantes no olvidarán a Sonia Félix Cherit ni esta notable muestra.
Ella llama la atención por ser una mujer inteligente y culta, una artista
creativa, disciplinada, activista, jovial y explosiva. Es maestra, gestora
cultural, además de que está al tanto de endulzar a la ciudad zacatecana. Y
tiene la dicha de poder dedicarse a lo que le gusta: el arte.
La obra de nuestra artista está hecha
con materiales moldeables y duros: de barro y piedras, de pigmentos puros y
metales en polvo. Materia prima que culturalmente reconocemos como elemental,
básica, para hacer arte. Si para una es placer experimentarlos entre las manos,
qué gran gozada vive Sonia a cada rato.
Platea Virginis de Sonia Félix Cherit |
Estos elementos se llevan muy bien con los símbolos de Sonia: las lunas, los soles, las vulvas que emergen, la constelación Alfa Virginis, las diosas paleolíticas recreadas o inventadas, los cuerpos femeninos, el medio ambiente...
¿Qué formas usa Sonia? En sus murales,
las grandes son amplias franjas orgánicas, sinuosas o geométricas; en su
cerámica de barro, se ven trazos esgrafiados más libremente. Por otra parte, se
descubren espirales en los vestidos de las diosas agua, tierra, aire y fuego; o
triángulos y rombos en las vulvas multiplicadas. Y por supuesto están los cuadrados
de los cachitos de piedra de sus mosaicos, y los círculos de las lunas y demás
astros celestes. Hay despliegue de lindura compositiva en los murales, mientras
que encontramos más expresión en el barro.
A ojo de buena cubera, la obra no es difícil,
invita a acercarse, pero yo no estoy aquí para enseñarles a percibirla, sino para
compartir lo que he podido ver en ella desde hace unos cuatro años que la conozco.
Así que digo que la obra de Sonia no está hecha para quebrarse la cabeza sino para
sentir de otra forma. ¿Cómo es esto?
Tomo para empezar el ejemplo de sus murales,
ella hace obra pública -por cierto son mosaicos, Sonia es la única muralista mexicana
en esta técnica-, pero sus murales, aclara la misma artista, no reivindican lo
bélico, las guerras. Ella ha aclarado al respecto que están hechos con intención
pacifista. Y es claro que no se ciñe a ningún nacionalismo, porque su obra
mítica y placentera implica otro tipo de socialidad. ¿Cuál? Una donde las mujeres
valen.
Para ello usa referentes antiquísimos,
del paleolítico. Investiga y rescata diosas. ¿Cómo eran esas comunidades? Una certeza
nos entregan arquéologas/os e historiadoras/es: no estaban regidas por el par binario
hombre-mujer de nuestra cultura. Además, su relación con el medio ambiente solía
ser armónica. Claro, no eran capitalistas. Es decir que no es natural que las
mujeres seamos menos que los hombres y que la tierra sirva como WC.
La obra de Sonia Félix Cherit no es difícil,
pero invita a tomar un reto mayor que es el de hacer posible una sociedad donde
los géneros no sean binarios ni violentamente jerárquicos, donde haya lugar
entre mujeres.
Ella tiene claro que lo social se liga con
nuestro ser más íntimo de ser mujeres. La gente sabia, por fortuna, sabe como Sonia
que es necesario que construyamos nuestros símbolos para identificarnos como
humanas, no como mercancías, ni cuerpos desechables, ni violables, ni despedazables.
Con toda la violencia que hay de por medio,
Sonia no capitula: celebra ser mujer. Es la resistencia que hay que dar. Esto es
lo que se ve en obras como el tríptico Grutas nocturnas o el cuadro que rifó,
Bailarinas nocturnas, con
sororidades, danzas, orgías de vulvas y cuerpos entrelazados con lunas.
Celebración de la mujer, pero no sólo
el placer exultante nos habita. Somos mujeres dignas y libres. Y ahí está su cuadro
Entre el bien y el mal, hay mujer buena, una mujer mala y una diosa en
medio…
El gran tema de Sonia son las mujeres.
Se fija en lo que hacen. ¿Cuáles mujeres? Pues nosotras, nosotras quienes
gustamos de estar entre mujeres, que nos organizamos para ampliar nuestras
libertades; quienes, en contraste y al mismo tiempo, sabemos –no sin miedo-que
representamos blancos del acoso callejero, de violaciones y feminicidios y, por
si fuera poco, ahora nos volvieron potenciales daños colaterales; nosotras,
mujeres que tenemos conflictos cotidianos; pero también somos quienes, como
Sonia, buscamos día a día dónde enraizarnos, dónde y cómo vivir mejor sin
perder ni dañar la dignidad.
Sonia nos ofrece mitos, como he dicho, pero
no deja de prevenirnos contra la anestesia: a las mujeres nos violentan y nos recuerda
que muchas han sido asesinadas. Es “el pan de cada día”, nombre de la instalación
en losa de barro: muertas y más muertas, con saña despedazadas, porque los senos
cercenados sirven para que los hombres violentos midan el tamaño de su impotencia
humana. Mujeres fragmentadas contra su voluntad, el dolor lo trajo Ciudad
Juárez, pero ahora es el país y “el pan de cada día”. Llamada a la conciencia:
no podemos comernos a las muertas viendo la televisión, naturalizando la
violencia y la inhumanidad, como si no pasara nada.
Por otra parte, la artista también
aborda otros problemas de mujeres: la anorexia y la bulimia, la flaca y la
gorda, las insatisfechas de sí mismas. Sonia ha dicho que son problemas de la sociedad
de consumo y tiene razón. Ofrecer ideales de belleza inalcanzables a las
mujeres es mandarlas a la ruina. Para una artista que modela barro, heredera de
las más antiguas alfareras, su ideal de belleza femenina, porque vemos que lo tiene,
no se basa en el ideal occidental.
El recorrido de esta muestra tiene
símbolos femeninos en relieves, texturas y volúmenes modelados y tallados como poemas.
¿A qué me invita una obra-poema de Sonia? Hoy me respondo con una cita de la poeta
feminista estadounidense Muriel Rukeyser: “Un poema [como la obra de Sonia] invita.
Un poema requiere. Pero ¿a qué invita un poema? Un poema te invita a sentir. Más
que eso: te invita a responder. Aún mejor: un poema invita una respuesta total.
Esta respuesta es total, en efecto, pero se formula a través de las emociones. Un
buen poema [o una buena obra de Sonia] atrapará tu imaginación intelectual —esto
quiere decir que cuando lo atrapes, lo atraparás intelectualmente también— pero
el camino es a través de la emoción, a través de eso que llamamos sentimiento”.
Por último, Alfa
Virginis no es sólo el nombre de una excelente obra
mural transportable y de esta exposición. Alfa
Virginis es la poética de una artista a favor de una forma social diferente
donde tenemos lugar las mujeres para vivirnos, sentirnos más a gusto y hacernos
conscientes. En esta muestra Sonia se sabe estrella doble, es decir, plural,
sororaria, social. Su poética personal es, pues, una estética luminosa de carácter
político: lo personal es político.
Muchas felicidades, Sonia, muchas gracias
por compartirnos tu obra y gracias a todas y todos por su paciente escucha.
Alfa Virginis de Sonia Félix Cherit |
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1 comentario:
Me encanta el blog! Felicidades por el trabajo. Me gustaría dejarte el link de un concurso de cortos que Unesco Etxea ha puesto en marcha. El motivo es la igualdad de género. Tal vez interese a algunxs de tus lectorxs. Un saludo!
https://dame1minutode.wordpress.com/
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