viernes, 13 de diciembre de 2019

Por la autonomía y para prevenir la violencia contra las mujeres La Escuela para la Libertad de las Mujeres


Por la autonomía y para prevenir la violencia contra las mujeres
La Escuela para la Libertad de las Mujeres

Norma Mogrovejo y la Ekipa[1]
La violencia contra las mujeres
México es un país duro para las mujeres, nos matan porque se puede, porque el odio tiene impunidad. La violencia histórica acumulada en el cuerpo de las mujeres da cuenta que los procesos de colonización y despojo empezaron y fueron posibles con la violencia del cuerpo y sexualidad de las mujeres, así como con la apropiación de su trabajo gratuito. En la actualidad, oficialmente se asesinan ocho mujeres diariamente;[2] 35 mujeres son violadas al día –muchas de éstas como violaciones correctivas–;[3] hay medio millón de víctimas de trata de personas hasta el 2016 –el 93% son mujeres, el 45% niñas indígenas y 26% menores de edad–;[4] hay 8,489 mujeres desaparecidas.[5]

En el Estado de Oaxaca, como en otros estados de la república, se asesina brutalmente a mujeres y lesbianas en cantidades alarmantes e indignante impunidad.[6] A las mujeres no nos matan simplemente por ser mujeres, al matar a una mujer o lesbiana se envía un mensaje de terror a todas nosotras como colectivo. La violencia patriarcal es por lo tanto un medio de producción de pasividad y dependencia. Y siendo más de la mitad de estos crímenes patriarcales cometidos por hombres cercanos, familiares y/o sus parejas, reafirmamos que la “dictadura” patriarcal de propiedad sobre el cuerpo y la vida de las mujeres sigue vigente en la actualidad.

Hay indiferencia ante el clamor de justicia de nuestras hermanas por los golpes, violaciones, asesinatos, desprecio, abusos, porque son los poderes del Estado, el cual actúa como parte en dicho crimen. Cada gesto violento dirigido contra las mujeres, en el marco del patriarcado que vivimos, es un crimen político que sostiene la persistente brecha de poder entre hombres y mujeres.
En estos días Coral Herrera publica: “Reflexiones sobre la guerra mundial contra las mujeres” (Herrera, 2018), en el que da cuenta de los números escalofriantes sobre asesinatos y violaciones en horas y días en América Latina, situación similar, comenta, en Asia, África, India y la China, agresiones a los que se suman, desapariciones, secuestros, agresiones, abusos sexuales, acoso callejero y laboral que sufren las mujeres y las niñas de manera impune. Sus agresores y asesinos son hombres: maridos, novios, pretendientes, ex novios. Las matan en casa, y nadie lo ve. La prensa te cuenta que el asesino la amaba. La Guerra Mundial contra las mujeres y las niñas es la guerra más larga y cruel de la Historia de la Humanidad, donde sólo hay un ejército. Los soldados del patriarcado matan, esclavizan, violan, torturan y maltratan a la mitad de la población, que está desarmada. Es un genocidio lento y constante, donde están implicados muchos hombres: policías, jueces, periodistas, y todos los que colaboran con el patriarcado para justificar la misoginia, cosificar a las mujeres, romantizar la violencia, negar la guerra, y culpabilizar a las víctimas. Son muchos soldados, y entre ellos no hay bajas, ni heridos, ni presos.

Entender las razones escondidas detrás de la violencia hacia un grupo social específico, en el caso de las mujeres y lesbianas, nos permite reconfigurar la lucha y afirmar que: la violencia se combate por medio de la construcción de autonomía concreta en todos los niveles de la existencia de las mujeres. Y es a partir de ese entendimiento que surge la Escuela para la Libertad de las mujeres en Oaxaca de Juárez, México.

La Educación Popular como pedagogía para la transformación
La educación popular es una de las principales corrientes de pensamiento y acción emancipatoria nacidas en el entorno de la revolución de 1968, porque ha sido definida en sí misma como un proceso de liberación en tanto ha cambiado en profundidad los modos de valorar la diversidad de conocimientos y la forma de transmitirlos, las formas de concebir y practicar el acto educativo, en particular en el seno de los movimientos anti-sistémicos.

Desde la década de los años setenta las propuestas pedagógicas de Paulo Freire fueron debatidas en los movimientos, como forma de profundizar el trabajo político de los militantes con los pueblos oprimidos. En ese sentido, Freire defendía la idea de que para transformar la realidad hay que trabajar con el pueblo y no para el pueblo (como una forma de superar el vanguardismo). Sus propuestas metodológicas buscaban potenciar la autoestima de los oprimidos, revalorando sus saberes, que no los consideraba inferiores a los saberes académicos (Zibechi, 2018).

La metodología de la educación popular ha sido fundamental también para el trabajo político del feminismo, ya que la realidad de las mujeres, sus prácticas sociales y quehaceres cotidianos son el punto de partida para la reflexión, para volver a los mismos y transformarlos. Así, se rescata los saberes y las experiencias de las mujeres del silencio, el ostracismo, el desconocimiento y la negación. Se cuestionan el orden patriarcal, las prácticas sexistas, discriminatorias y de exclusión. Se vinculan teoría y práctica, dando lugar a diálogos de saberes que retoman el cuerpo y las acciones cotidianas, como escenarios prioritarios de revisión y análisis (Arana y Rapacci, 2013).

La educación popular entre mujeres fue el resultado de sus experimentaciones: una propuesta educativa que recupera el ámbito de lo personal y rescata las experiencias cotidianas de las mujeres en el espacio doméstico y en sus roles reproductivos, para construir el nosotras: las mujeres como momento de identidad colectiva y de reflexión sobre el carácter político de las vivencias personales y para proyectarse en la acción hacia sí mismas y hacia fuera, en la búsqueda del cambio personal y de la acción colectiva.

Entendiendo la metodología como el proceso sistemático e intencionado de producción de conocimiento colectivo, la educación popular feminista sustenta en la pedagogía la afirmación de que las personas conocemos todo el tiempo y con todo el cuerpo. No sólo con la mente y con la racionalidad. En consecuencia, busca recuperar y validar las formas de conocimiento de las mujeres que han sido devaluadas en nuestras sociedades patriarcales. En tal sentido, la educación popular feminista se afirma más como política que como pedagogía. Aspira a formarnos para desarrollar en nosotras el deseo por ejercer poderes vitales, en lo personal y en lo colectivo. Por ello, la educación popular que estamos construyendo es sustantivamente política y feminista y adjetivamente pedagógica, comunicativa e investigativa (Torres, 2010).

De acuerdo a Arana y Rapacci (2013), la educación popular feminista como ejercicio político de las mujeres tiene como base dos consideraciones: a) La posibilidad de crear de manera innovadora espacios, tiempos, modos y procesos educativos que amplían para las mujeres las posibilidades de formación y acceso al conocimiento y a la cultura universales que de otra manera les habían sido negados históricamente. b) “La práctica política entre mujeres”, y el “partir de sí” ideados por el feminismo como estrategia y método “con, desde y para” las mujeres, reconocen los saberes propios y las experiencias previas que aportan las mujeres en todos los procesos de formación, capacitación, autoayuda y aprendizaje en que participan.

Las experiencias de educación popular feminista cuestionan la lógica de dominación establecida por los sistemas de educación tradicionales y promueven, activamente, la descolonización cultural, partiendo de un diálogo de saberes en el que la relación teoría-práctica permite y favorece la identificación y valoración de los conocimientos que los pueblos y las mujeres van creando en el devenir histórico (Korol, 2008).

Este enfoque devela y cuestiona la dominación patriarcal y capitalista y la cultura androcéntrica; busca la horizontalidad en las relaciones y la autonomía de las mujeres; valora el diálogo en la práctica política, como componentes de la pedagogía emancipatoria, interesada en alimentar los procesos formativos, esclareciendo el cómo se construye el conocimiento, las relaciones de poder existentes en esa construcción y los sujetos que formulan los intereses y los contextos en que han sido producidos (Arana y Rapacci, 2013).

Una escuelita para la libertad y la autonomía de las mujeres
La escuelita me dio la seguridad que carecía,
rompió con las cadenas del miedo y de los estereotipos,
me siento libre de decidir y me encanta esta versión mía
Gude, 4ta gen.

La Escuela para la libertad de las mujeres o “La Escuelita”, como la denominamos, es un proyecto de educación popular feminista en Oaxaca, México. En un inicio la soñamos como escuela de oficios no tradicionales para mujeres, para aprender plomería, electricidad, albañilería, herrería, mecánica, técnicas constructivas ecológicas etcétera y la fuimos bordando en combinación con formación feminista, técnicas de autodefensa y otros conocimientos para nuestro fortalecimiento y autonomía.

La Escuela para la libertad de las mujeres surgió, entonces, como una respuesta a la necesidad de autonomía que necesitamos las mujeres. Una escuela que aporte herramientas inmediatas, de autodefensa, manuales, teóricas, de autoconciencia, de acción/arte/política/colectiva. La Escuelita es el resultado de una historia propia y ancestral de resistencia y rebeldía. Y como la historia misma, la estamos haciendo a cada momento, a cada pasito, aprendiendo en el camino, juntas y con mucho esfuerzo.


Nuestra propuesta pedagógica
En 2014 pudimos concretar el sueño gracias a un concurso que ganamos convocado por el Ayuntamiento de Vitoria-Gastéiz. La Escuelita, es un proyecto feminista de formación teórica, de autoconciencia, autodefensa, técnica y artística y de fortalecimiento para las mujeres, en el Municipio de Oaxaca, con la que se pretende abonar a la erradicación de las condiciones de exclusión social, económica, laboral, educativa, política, a los índices de lesbo-homofobia y violencia feminicida que viven las mujeres. Es una propuesta escolarizada gratuita, que se lleva a cabo en trece semanas y aporta a la educación popular feminista con una innovadora propuesta metodológica de cinco módulos:[7]

1) Formación Lésbica Feminista, donde historizamos la violencia hetero patriarcal senti-pensada desde la cuerpa-territorio[8] para sanarla y hacer acción colectiva para la transformación.[9]
Comprendí que ser lesbiana va más allá de una relación, en términos políticos, es un golpe duro para el patriarcado y el capitalismo (Edith S., 3ra. gen.).

El Lesbofeminismo en particular me parece una gran herramienta para replantearnos no sólo nuestra orientación del deseo, si no para pensar en las violencias que hemos sido sometidas, una postura que todas las feministas deberían considerar por brindarnos reflexiones críticas y profundas, empezando por nuestra propia experiencia (Coral G., 1ra gen.).

Darnos cuenta que todas, absolutamente todas, hemos sido violentadas sexualmente (en diversos niveles) ha sido una gran motivación para hermanarnos y apoyarnos. ¡BASTA YA! (Ivonne P., 4ta gen.).

La escuela me ayudó mucho para resignificar muchas construcciones sociales que por muchos años me parecían normales… y sobre todo logré la formación política feminista y anti-capitalista, teóricamente me sembró las ganas de conocer más a acerca de la ideología feminista, que es lo que actualmente hago, leer a feministas. En la práctica he cambiado mi forma de actuar y en gran medida el lenguaje que utilizo para nombrar las cosas. (Galindo, 4ta gen.)

Me ayudó para sentirme más orgullosa de ser mujer y honrar a mis antepasadas. (Cintia R.)

Además de la reflexión teórica sobre la opresión hetero-colonial-patriarcal, los talleres vivenciales de “Sexualidad y geopolítica del placer”[10] y “Sanación de la violencia”[11], aportan a la reapropiación de nuestras cuerpas y placeres y pensarnos en colectivo para resignificar nuestras potencialidades. 

El taller de sexualidad me abrió la mente, se nos ha sometido a través del desconocimiento de nuestro propio cuerpo y la vergüenza hacia nuestro propio placer. Me dejó profundos cambios, cuestionar el amor romántico me dejó ver la forma en la que mis relaciones de amor estaban sutilmente sometiéndome mediante la violencia e ideas falsas (Ingrid, 5ta gen.)

Los ejercicios con la naranja fueron de reconexión con mi vulva, amé amar mi cuerpa y saberme libre de desear. Hubo mucha catarsis, autoexploración, lágrimas y autoconocimiento. (Cynthia G.)

 Cuando hablamos de feminicidio, abuso y violación sexual, se me removió vivencias del pasado. Sentí desesperación ante el aumento de la violencia y los feminicidios. Me cuestioné ¿qué podemos hacer?, escuché a las compañeras que decían entre murmullos que concientizar a más mujeres a que no permitan ningún tipo de violencia, nos iba a permitir liberarnos y romper las cadenas de la opresión y del patriarcado. Aunque concientizar a más mujeres y más generaciones puede tardar algún tiempo, lo estamos logrando, porque por el simple hecho de estar reunidas en esta escuelita, son pasos en avanzada. Sólo que me sigue carcomiendo, hiriendo, desesperando y enojando despertar cada día, y leer que nos falta una compa, que fue asesinada a manos de tratantes, de la pareja, del padrastro, del hermano, del amigo, del conocido o del que simplemente iba pasando y se le dio la gana invadir nuestras cuerpas, nuestras vidas. (Tana, 3ra gen.).

El hecho de detenernos a mirarnos a los ojos, reconocernos como mujeres en una misma situación de opresión y a la vez tratando día a día de salir de ella, darnos cariño como si fuéramos bebés significó mucho para mí, porque no hay muchos espacios donde se de este tipo de contacto cariñoso y sororario. (Susana, R. 3ra gen.).

Repensar en nuestra historia milenaria de violencia, promueve la capacidad de las mujeres para tomar decisiones y para luchar con las diferencias de clase, raza, cultura, educación y edad. La educación popular feminista trabaja de manera intencionada por la búsqueda de una Justicia Feminista que implica reforzar nuestros lazos de hermandad y cuidado colectivo, para actuar en la prevención y búsqueda de reparación del daño y no repetición.

2) Autoconciencia, es una herramienta de reflexión y análisis en pequeños grupos, sobre la experiencia cotidiana, para desmontar las cargas emocionales que el machismo ha impuesto a las mujeres y rescatar los conocimientos no reconocidos.[12] La subjetividad, espacio de la reflexión, es la experiencia personal que tiene cada persona de su estar en el mundo. Su potencia deriva precisamente de que conecta a cada persona con el mundo, con la sociedad, con la familia, con la naturaleza y lo social. El abordaje desde las emociones y desde la subjetividad es también una opción intencionada. Obedece a un posicionamiento metodológico pero también político, en tanto busca recuperar y validar los conocimientos de las mujeres, devaluados en nuestras sociedades patriarcales. A través de la autoconciencia, lo cotidiano es el lugar donde las mujeres podemos reconocernos con más facilidad, donde podemos dar expresión a nuestra voz, apropiarnos de nuestra existencia y transformar lo privado en colectivo, lo personal en político.

Considero de suma importancia los grupos de auto-conciencia puesto que estos vienen a solidificar el vínculo y la unión entre mujeres, además parten de la experiencia de cada una de nosotras y eso ayuda al análisis, la conciencia y la sanación de nuestras vidas. (Aracely T., 1ra gen.).

 Me permitió abrirme y generó confianza entre todas, con lo cual pudimos analizar las lecturas desde nuestras vivencias, así nos damos cuenta que lo personal es político Me ayudaron a quitar culpa de algunas cosas que me pasaron, entendí que como mujer no soy culpable de los acosos, abusos y violaciones a mi persona. (Ana Martina R.1ra gen.).

Las sesiones de autoconciencia fueron intensas, nos hacían cuestionar cosas que normalmente no lo hubiéramos hecho, me impactó la pregunta de ¿Cuándo y cómo te diste cuenta que eras mujer?, y las otras que tenían que ver con la elección del género. (Claudia B., 3ra gen.).

 Me enseñó a no dejarme de cualquier clase de abusos, a superar por fin mi antigua relación, que no me estaba dejando nada bueno, sobre todo a mi autoestima. (Jocelyn G., 3ra gen.).

3) Autodefensa, técnicas físicas, psicológicas y de actitud para la autoprotección, útiles para prevenir y defendernos de los patrones de agresiones más frecuentes contra las mujeres, como acoso sexual, violación, violencia doméstica o en la calle, etcétera. La autodefensa no es sólo la dimensión física, nos permite deconstruir mitos que nos convierten en inútiles y recuperar el poder personal, la seguridad interior, la confianza en nosotras mismas, la autoestima; condiciones para la construcción de la autonomía y la libertad.[13] La autodefensa es la respuesta a una agresión previa como método de salvaguardar nuestra integridad física y psíquica. El derecho a la defensa propia frente a un daño o peligro es totalmente legítimo. Es fundamental la defensa emocional así como la reivindicación de la necesidad de organizarse de manera colectiva.

La sesión que más me ha impactado es la de autodefensa, ya que el acoso es una situación que desafortunadamente se tiene que lidiar diariamente, esto me dio más seguridad para caminar las calles y poder transmitirla a su vez a las mujeres que están a mi alrededor. (Diana M.).

Aúnque no tenga una técnica de defensa aprendida, tengo algo muy importante que me deja el módulo, en el momento que surja una agresión no me voy a paralizar. Tengo la fuerza emocional y mental de que me voy a defender con las manos, los pies, boca, con todo el cuerpo y no permitiré la agresión. Quedó claro para mí que puedo hacerlo y sobre todo lo siento en el cuerpo. (Galindo, 4ta gen.).

 El estar siempre alerta, el que nosotras nunca tendremos la culpa de ser violentadas, el no dudar en defendernos, el que lo importante no es la fuerza sino la técnica, que es necesario estar en constante práctica. (Areli G., 1ra gen.).

Me servirá porque evitará que vuelva a permitir que me acosen, una situación en la cual he sido víctima en muchas ocasiones, me siento con mayor seguridad al caminar, al desenvolverme y a tener la fuerza de saber que habrá más mujeres que me respalden con su cariño, apoyo y todo lo necesario. (Gude, 4ta gen.).

4) Con Reparaciones básicas para el hogar traspasamos a las mujeres la capacidad de apropiarse de los conocimientos técnico-manuales, el  manejo y uso de las herramientas y de resignificar el “no puedo”, a través de localizar, entender y reparar averías básicas, pero cotidianas, propias del hogar en torno a la electricidad, plomería y el gas, actividades consideradas “no tradicionales para las mujeres”.[14]

Cualquier trabajo en el cual las mujeres representan 25% o menos del total de personal es considerado “no tradicional”. Solamente 7% de todas las mujeres que trabajan son empleadas en trabajos no tradicionales (AFSCME, s/f). Son actividades que requieren saberes y prácticas que se ubican en áreas de conocimiento y calificaciones ajenas a lo que social y culturalmente se asignan como roles y capacidades femeninas. La asignación de roles diferentes a hombres y mujeres con las responsabilidades de la atención y cuidado familiar ponen de manifiesto la división sexual del trabajo, lo que genera una segmentación horizontal y vertical en el mercado de trabajo (Coordinación de Equidad de género e igualdad de oportunidades en el trabajo, s/f). La persistencia de esta asignación es lo que genera la naturalización de roles de género, por ello la Escuela, promueve las actividades técnico manuales, fundamentalmente para lograr la autonomía de las mujeres no sólo en la reparación de averías domésticas, también impulsando el gusto por dichas actividades como posibilidad profesional.

Armé mis lámparas en casa, arreglé mis extensiones e hice nuevas. Arreglé varios grifos y pondré mi instalación de gas próximamente... (Eli, 3ra gen).

Sobre todo en relación a plomería, me sentí capaz de desarmar y armar el material, limpiarlo y dejarlo solucionado. Jamás lo había hecho antes. (Ita J., 3ra gen.). 

Con las actividades prácticas acompañada de una experta, vi que podía hacerlo. Es el diferenciador con un taller puramente teórico o un tutorial de youtube, de hecho, ya gané mis primeros 200 pesos por solucionar una avería. Fue más cercano a una apuesta de que podía hacerlo, que a un cobro de honorarios. (Victoria, 5ta gen.).

 Tenía problemas con el lavamanos en casa y lo solucioné siguiendo la explicación y recomendaciones en clase, no fue difícil, ni tedioso, desarmé las piezas, las limpié muy bien, luego las coloqué igual y “no se estanca el agua más”… genial. (Ivonne P., 3ra gen.)

El patriarcado pretende que las mujeres seamos inútiles, ahora con todo esto enseñado por Lidia, la práctica se hizo mucho más factible para mí, me ayudó a no malgastar mi dinero y ser más independiente en cuanto arreglos básicos en el hogar. (Sinaí P., 3ra gen.)


5) Con Arte de la desobediencia, mediante distintas disciplinas artísticas (hip-hop, teatro, poesía, producción radiofónica, producción de fanzines, fotografía, etcétera.), se genera la creatividad subversiva y disidente que invita a desmontar la carga cultural patriarcal, sexista y discriminatoria instaurada en los discursos y disciplinas artísticas, así como aportar herramientas creativas artísticas como medios de expresión para la sanación, sensibilización, denuncia y la acción política en general.  El arte de la desobediencia ha sido denominado también “artivismo” que viene de la combinación arte y activismo o “movimiento por la democracia cultural”, cuya función principal es hacer reflexionar al público e invitarle a la participación y, de esta manera, aumentar la conciencia pública colectiva frente a las actuaciones y situaciones insostenibles y socialmente injustas; en este caso, sobre la situación de exclusión que viven las mujeres.

La experiencia de sentir la cuerpa y todo el poder creador que hay en ella. El reconocimiento de la habilidad para escribir mi propia historia... Todas somos capaces de crear arte que incrementa su significado cuando va en contra o es crítica y cuestiona lo establecido. El ritmo y el poder de la palabra. Me llevo las herramientas en mí ocultas, que soy capaz de escribir, cantar. (Viridiana B., 1ra. gen.).

Aprendí que se puede ser desobediente desde puntos muy sutiles como el arte, porque tienen impactos muy fuertes. (Laura, 5ta).

Pude conocer herramientas sencillas a través de las cuáles comunicarme de forma creativa y sacar todo el borlote (Haydee, 4ta).


El taller “Audios disidentes”[15] de Arte de la Desobediencia, realizado durante la 4ta generación, generó spots para la sensibilización contra la violencia patriarcal, materializándose en la campaña radiofónica “Voces Revulvacionarias”. Dicha campaña ha sido emitida por un total de once radios comunitarias en el Estado de Oaxaca,[16] así como en otras muchas de la república mexicana, Latinoamérica y el estado español.

Logramos construir un audio que ayudará a informar a las mujeres que nos escuchen que no están solas y que hay espacios donde pueden recibir apoyo y sobre todo salir del círculo de la violencia. (Galindo, 4ta).

Usaré los audios en el colegio en donde trabajo, e iniciar una campaña radiofónica, en realidad tengo ganas de crear materiales audiovisuales con lo aprendido. (Deniss, 4ta).

Replicaré la experiencia con las mujeres de mi comunidad Santiago Tenango, de hecho, ya lo estoy aplicando, pero también motivando y ayudando a todas las mujeres que conozco (Vanessa, 4ta).

“De musas a Creadoras” es un taller de expresión artística corpo-musical, que usa las herramientas de la voz y la palabra a través del hip hop, con las que propone reflexionar y analizar la carga machista y sexista contenida en la expresión musical convencional, desafiar, evocar el estado de las circunstancias del entorno y/o proclamar alternativas. Coordina el taller Mare Advertencia Lírica, hip hopera oaxaqueña, quien desde la escritura, y el baile produce composiciones en desobediencia.

Siempre creía que no sabía escribir, menos decir lo que escribo porque desconozco lo establecido académicamente, no estudié para ser escritora, con Mare entendí que puedo decir lo que pienso, y también escribir. (Chely, 4ta).

Al principio me daba demasiada pena participar, y se me complicaban algunos ejercicios, pero con las técnicas que nos enseñó Mare fue mucho más fácil, hasta me daban ganas de seguir escribiendo, al final de la sesión me seguía dando pena participar, pero la emoción de como mis compañeras compartían sus escritos y ver que no era la única con ese problema, facilitaba expresarme. (Analy, 4ta).

A veces no sabemos expresarnos o no nos detenemos para escribir alguna idea o sentimientos y con Mare aprendimos a buscar las circunstancias para que eso pasara. (Marce, 5ta).

Porque, aunque no sea una rapera ni esté en mis planes serlo… la escritura es una herramienta para comunicarnos y liberarnos (Heydi, 4ta).

El taller “La fotografía en el proceso de autoconciencia de las mujeres”, a cargo de Ivonne Posada,[17] ayuda a desmontar las imágenes y representaciones estereotipadas de las mujeres y permitió en la clausura de la 5ta generación una muestra fotográfica con los trabajos y las siguientes expresiones:

 De esa forma podemos decirle al mundo cómo queremos ser vistas, y dar nuestra propia perspectiva de belleza, de importancia, y de valor… Mediante el arte de las fotos podemos dar a conocer que el mundo no es como nos lo hacen creer… mediante la imagen podemos ir cambiando este sistema patriarcal. (Conce, 5ta).

Porque me permitió ver el arte como una posibilidad de incomodar y mover en otras personas, sobre todo en mí, aquello que parece estar ya sin posibilidad de cambio. (Edna, 5ta).

Estamos invadidas de imágenes que reducen a las mujeres a objetos sexuales, minimizando nuestras capacidades y habilidades y sobre todo nuestra visión del mundo. (Iris, 5ta).

Después de cuatro años de camino andado, seis generaciones, 196 egresadas, La Escuelita se ha consolidado. Cuatro de las cinco integrantes de la ekipa son egresadas, cuatro de las cinco facilitadoras de autoconciencia también son egresadas. Después de trece semanas, las mujeres han manifestado que la Escuelita les cambia la vida. Principalmente en su perspectiva colectiva y despatriarcal al ser parte de una comunidad de mujeres que puede trabajar armoniosa y afectivamente. Varias de ellas han generado iniciativas propias, han creado grupos de lecturas, de deporte, han dado continuidad a la autoconciencia y autodefensa, se han generado grupos de amigas, de manada, de espacios para el autosustento, recreación y creatividad, han dinamizado el movimiento feminista oaxaqueño. ¡¡Ahora contamos con “un espacio rentado” donde empezaremos a proyectar de manera más amplia la construcción de autonomía con, por y para las mujeres, de consolidación de redes, de intercambio de saberes, de transformación y transgresión, de crecimiento y fortalecimiento individual y colectivo!! La alegría se nos desborda junto al agradecimiento a todas las colaboradoras, aliadas, colectivos y voluntades que han hecho posible hacer realidad este sueño.

Clarificó la idea de que no estoy loca, ni soy una exagerada, vivimos en una sociedad inequitativa, creo que ahora tengo aliadas sólidas para hacer frente a esta lucha (Victoria, 5ta).

Una de las mejores cosas que han podido pasarme, no sólo por lo laboral, sino por toda la riqueza interna que he tenido desde que puedo considerarme parte de ella, ha sido increíble poder conocer muchas mujeres y sentir que aunque somos tantas, tenemos tanto en común; el fortalecimiento y reconocimiento de lo valiosas que somos cada una en lo individual y lo importante de la fuerza que podemos tener en conjunto. (Anahí, 5ta).

Una oportunidad de conectar conmigo misma, destrozar mi encierro y ese conformismo con el que se nos adoctrina y también limita nuestra vida: cumplir con el deber ser, esposa y madre solamente. La escuela me ha inspirado, me ha impulsado incondicionalmente. (Ivonne, 4ta).

La Escuelita es un espacio abierto que fomenta el intercambio y la retroalimentación con otras mujeres del mundo que quieran conocernos e intercambiar conocimientos y habilidades. Su metodología innovadora, integral y de alto impacto es reproducible en cualquier lugar del planeta (con sus adaptaciones locales), así es que las invitamos a buscarnos y encontrarnos:

Correo electrónico: escuela.libertad.mujeres@gmail.com
Celular & WhatsApp: + 00 52 1 951 292 35 67
Facebook, You tuve y Archive: escuela para la libertad de las mujeres
Web: escuelalibertadmujeres.org

Bibliografía

AFSCME (s/f), “Las Mujeres en Trabajos No Tradicionales”. Disponible en: https://www.afscme.org/news/publications/en-espanol/las-mujeres-en-trabajos-no-tradicionales  [consultado el 28 de junio del 2018]


Arana Sáenz, Imelda María y Rapacci Gómez, Lucía (2013). “La educación popular feminista una perspectiva que se consolida”. En Lola Cendales, Marco Raúl Mejía y Jairo Muñoz (coordinadores), Entretejidos de la educación popular en Colombia, CEAAL Editores, pp. 81-98. Disponible en: http://bdigital.unal.edu.co/45596/1/laeducaci%C3%B3npopularfeministauna.pdf  [consultado el 28 de junio del 2018]

Coordinación de Equidad de género e igualdad de oportunidades en el trabajo (s/f). Capacitación en mecánica de motos. Una experiencia de formación en oficios no tradicionales para mujeres. Ministerio de trabajo, empleo y seguridad social de Argentina, p.5., Disponible en: http://trabajo.gob.ar/downloads/igualdad/140703_mecanicamotos_cuadernillo.pdf [consultado el 28 de junio del 2018]

Herrera, Coral (2018). “Reflexiones sobre la guerra mundial contra las mujeres”. 13 de octubre.  en: https://haikita.blogspot.com/2018/10/reflexiones-sobre-la-guerra-mundial.html [consultado el 13 de octubre 2018]

Korol, Claudia (2008), “Una perspectiva feminista en la Formación de los movimientos populares. La Batalla simultánea contra todas las opresiones”. Revista venezolana de Estudios de la mujer, Caracas, julio-diciembre, vol. 13 N° 31, pp. 1 disponible en: http://saber.ucv.ve/ojs/index.php/rev_vem/article/view/2123/2020  [consultado el 28 de junio del 2018]

Torres, Ana Felicia (2010) “Metodología de Educación Popular Feminista”. En Serie Escuela de Formación Política Feminista. Asociación Feminista La Cuerda, de la Asociación de Mujeres de Petén, Ixqik, y de la Alianza Política Sector de Mujeres., pp. 13 disponible en: https://www.eda.admin.ch/dam/countries/countries-content/nicaragua/es/Modulo%201%20Educaci%C3%B3n%20polular.pdf [consultado el 28 de junio del 2018]


Zibechi, Raúl, 2018, Medio siglo de Educación popular, La Jornada, 8 de junio, pp 31. http://www.jornada.unam.mx/2018/06/08/opinion/019a2pol, [consultado el 28 de junio del 2018]



[1] El artículo se realizó con los aportes de las integrantes de la ekipa, las facilitadoras y aportes y testimonios de los informes. Encargada de redacción, Norma Mogrovejo.
[2] El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México ha contabilizado, de 2007 a 2016, la cifra de 22,482 mujeres asesinadas en todo el país, una cada cuatro horas. De acuerdo a estadísticas realizadas por la sociedad civil, para noviembre de 2017 habían sido asesinadas 1844 mujeres, es decir ocho diarias https://regeneracion.mx/cierra-el-2017-con-cifra-espeluznante-mil-844-feminicidios-en-mexico/, de las cuales menos del 19% se investigan como feminicidio http://www.huffingtonpost.com.mx/2017/02/08/menos-del-20-de-asesinatos-de-mujeres-en-mexico-son-considerado_a_21709257/
[3] Según estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública de México, en los seis primeros meses de 2017, se denunciaron 16.631 delitos sexuales y concretamente 6,444 violaciones, o sea, una media de 35 diarias  http://www.animalpolitico.com/2017/08/violencia-sexual-2017-violacion/.
[4] El número de víctimas de trata de personas en México, hasta el 2016, se estima en 500,000 casos, de los cuales alrededor de 70,000 son menores de edad sujetos a explotación sexual. Cada año, alrededor de 21,000 menores de edad son captados por las redes de trata de personas con fines de explotación sexual y 45 de cada 100 son niñas indígenas. El 93% de las víctimas de trata de personas son mujeres y 26% menores de edad. Destaca que alrededor de 45.4% de las víctimas son captadas por una persona conocida, 49.1% por desconocidos y 5.5% por miembros de la delincuencia organizada https://www.eleconomista.com.mx/politica/Mexico-sin-cifras-precisas-sobre-trata-20170730-0073.html.
[5] La Fiscalía Especializada en Mujeres Víctimas de Delitos Por Razones de Género, a través del “Protocolo Alba”, recibió alrededor de 360 reportes de mujeres y niñas desaparecidas en 2017. https://www.debate.com.mx/mexico/En-2017-han-sido-localizadas-349-mujeres-desaparecidas--20170510-0106.html La desaparición de mujeres adolescentes, de 15 a 17 años de edad, aumentó 974 por ciento de 2010 a 2014, pues de los 57 casos registrados en 2010 se incrementaron a 612 en 2014, según datos de la Red por los Derechos de la Infancia (Redim). https://aristeguinoticias.com/2402/mexico/en-cuatro-anos-aumenta-974-desaparicion-de-mujeres-adolescentes-redim/
[6] Oaxaca (entre 2000 y 2015) se ubicaba como la quinta entidad del país más riesgosa para la vida de las mujeres, detrás del Estado de México, Chihuahua, la Ciudad de México y Guerrero. Durante 2014, Oaxaca ocupó el tercer lugar a nivel nacional en feminicidios, sólo detrás del Estado de México y el Distrito Federal. Desde el 2016 con el actual gobernador, se han registrado 431 mujeres víctimas de violencia: feminicidios 126; violencia familiar 102; delitos sexuales 84; desaparecidas 79; suicidios 19; violencia política de género 21.
[7] La propuesta metodológica es integral y ha sido solicitada para ser replicada en otras entidades y países.
[8] Espacio corpo-geopolítico que refiere la cuerpa biológica de cada mujer, la cuerpa política del colectivo mujeres y al Abya Yala, todas como territorio de interés geopolítico para la explotación económica y/o sexual.
[9] Este módulo además, rescata los aportes del feminismo lésbico a la teoría feminista, ha sido impartido por Norma Mogrovejo y Tais Itacarambi
[10] Este taller, en las cinco generaciones, ha tenido varias versiones que han sido impartidas por Aurea Ceja, Diana Torres y Lola Perla.
[11] Este taller está a cargo de Amandine Fulchiron, al que denomina “La violencia sexual, feminicidio y guerra contra el cuerpo de las mujeres”
[12] Este taller está a cargo de Arely García, Daniela García, Ara Torres, Marytrini García e Itandehui Juárez
[13] Este taller fue impartido por Comando Colibrí en la 1era y 2da generación; en la 3ra y 4ta por Katya y Amparo y en la 5ta por Las Hijas de su Tonantzin Tlalli
[14] Este taller está a cargo de Lidia Aguado Asensio, “La Tía”.
[15] Este taller estuvo a cargo de Griselda Sánchez, “La More”.
[16] Las radios comunitarias en el Estado de Oaxaca son espacios de comunicación alternativos al monopolio de la comunicación comercial, generados desde y para las propias comunidades, muchas en sus propios idiomas.
[17] Compañera egresada de la 3ra. generación de la Escuelita.

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