lunes, 22 de abril de 2013

Hilando fino. Desde el feminismo comunitario. Prólogo a la edición mexicana e Introducción

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Hilando fino. Desde el feminismo comunitario. Prólogo a la edición mexicana e Introducción

Contenido
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Prólogo a la edición mexicana

Antes de dar paso a la lectura de este pequeño tesoro que nos llega desde el sur del continente, los colectivos y editoriales que colaboramos en la edición mexicana de Hilando Fino. Desde el Feminismo Comunitario, sentimos la necesidad de incluir una pequeña presentación que nos permita vincular la propuesta de Julieta Paredes y de la Comunidad Mujeres Creando Comunidad de Bolivia, con las luchas de mujeres en nuestro territorio mexicano.
En las últimas dos décadas, como a lo largo de la historia, han habido aquí en México experiencias, procesos organizativos y mujeres luchadoras que, sin nombrarse a sí mismas como feministas comunitarias, han sembrado semillas que tienen mucho en común con las luchas y las búsquedas del feminismo comunitario que propone Julieta Paredes. Es por esto que queremos desempolvar un poco nuestra memoria colectiva y hacer un viaje en el tiempo hasta ...
... Diciembre de 1993. Al irrumpir en la sociedad y en los imaginarios políticos de los noventas, el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) incluye en su primer boletín una Ley Revolucionaria de Mujeres, en donde las mujeres de los Altos, de la Zona Norte, de la Zona Tzotz Choj, de la Selva Tseltal, y de la Selva fronteriza hacen escuchar su voz de indígenas rebeldes como parte de la lucha de sus pueblos. En esta ley autónoma, las mujeres de los Altos, defendiéndose de los machismos institucionales o cotidianos, asientan con determinación que las mujeres tienen derecho, sin importar su raza, su credo o su filiación política, a participar en la lucha revolucionaria, a trabajar y recibir un salario justo, a decidir el número de hijos que pueden tener y cuidar, a participar en los asuntos de la comunidad, a la salud, a la alimentación y a la educación, a elegir su pareja, a no ser golpeadas, a ocupar cargos de dirección en la organización y a tener grados militares: a todo lo que millones de mujeres en las comunidades y fuera de ellas, siguen sin tener.
Enero de 1998. ¡Chiapas, Chiapas no es cuartel, fuera ejército de él! Después de la masacre de 45 indígenas en la comunidad de Acteal (Chiapas), el ejército mexicano intenta ocupar la comunidad tzotzil de Xoyep que hospeda desde semanas atrás, cientas de indígenas desplazadas y desplazados por paramilitares de sus comunidades. Han perdido sus tierras, sus casas y no tienen agua ni comida suficiente, ni para las y los niños. Frente al intento del ejército de ocupar el Campamento de Paz, instintivamente todas las mujeres, pertenecientes a la organización de la sociedad civil Las Abejas, forman unos cordones de paz y hacen que los soldados se replieguen. Ellas: pequeñas, descalzas, armadas sólo de sus manos y de la fuerza de sus corazones, enfrentando al mayor símbolo patriarcal del sistema político actual: el ejército, equipado con las peores herramientas de muerte para imponer su poder. Ellas, madres, abuelas e hijas, Antonia. Marcela. Margarita. Faustina y muchas más defendiendo la vida, sacando toda la fuerza digna, rabiosa y maternal ahuyentando a los militares, asalariados para matar.
Noviembre - diciembre de 2002. Más de 350 delegadas de 22 países se congregan en Oaxaca en la Primera Cumbre de las Mujeres Indígenas de América. Conjuntamente a la redacción de los documentos de la Cumbre, las mujeres indígenas organizadas producen colectivamente un documento intitulado "Género desde la visión de las mujeres indígenas" que da pautas para rastrear raíces de las cosmovisiones ancestrales, a la vez que para revisar las re-conceptualizaciones y resignificaciones de ciertos términos feministas que las mujeres indígenas van haciendo. Es un proceso único de intercambio, pero sobre todo un laboratorio político y cultural.
6 de enero de 2006. Fallece La Comandanta Ramona y "el mundo perdió a una de esas mujeres que paren nuevos mundos y México perdió a una de esas luchadoras que le hace falta y a nosotros nos arrancaron un pedazo de corazón”: Así lo comparte el subcomandante Marcos en la ciudad de Tonalá, durante el recorrido de la Otra Campaña. Del color de la tierra y ojos de frijol negro, pequeña de estatura, el arma más importante de lxs zapatistas, mujer tzotzil, tejedora de palabras, río que canta. Ramona, bordadora excepcional, es uno de los símbolos más emblemáticos del EZLN por su participación en la lucha social de los Altos de Chiapas en los años 80 al defender los derechos de las mujeres, la educación y la salud y más tarde por impulsar la Ley Revolucionaria de Mujeres. Se la reconoce también por su hacer en el Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI), en la preparación del levantamiento armado, por su participación en la toma de San Cristóbal el primero de enero de 1994, y como integrante de la delegación del EZLN que participó en los diálogos de la catedral de San Cristóbal con los emisarios del gobierno Salinista. Y. desde luego, por su papel histórico en octubre de 1996, cuando asistió al nacimiento del Congreso Nacional Indígena en el auditorio del Centro Médico Nacional del IMSS, y habló en el zócalo de la Ciudad de México ante 100 mil personas, sellando en los corazones la frase que hizo grande a la dignidad indígena de nuestro tiempo: "Llegamos hasta aquí para gritar, junto con todos, los ya no, que nunca más un México sin nosotros".
3 y 4 de mayo de 2006. Para castigar tanto la resistencia del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (que en 2002 logró parar el proyecto de un aeropuerto en su territorio), así como para frenar la iniciativa de la Otra Campaña, iniciativa política de articulación y hermanamiento de las luchas anticapitalistas promovida por el EZLN, los tres niveles de gobierno lanzan la represión política más grave que había vivido el país en la última década. El saldo represivo fue mayúsculo: fueron asesinados dos jóvenes, se violaron los derechos fundamentales de más de 200 personas, lesionándolas y torturándolas, al tiempo que los efectivos policíacos detuvieron, golpearon, humillaron y violaron sexualmente a 47 mujeres. Aquí algunos testimonios de ellas: "Cuando nos golpearon a mí se me quedó muy marcado que los policías me decían: ¡¿Y qué chingados hacías con la cámara?! ¡Mejor ponte a calentar tortillas!" (Suhelen Cuevas).
"Lo más difícil de recuperar ha sido el cuerpo: sus sensaciones, mi sensualidad) mi soberanía. Para mi práctica diaria la denuncia social ha sido un espacio de reafirmación. Nunca perdí la fuerza para continuar. No lograron romperme. No me robaron la sonrisa. No se trató de una violación, (...) cuando son elementos del Estado, en un hecho concertado en el que participan todas las fuerzas políticas de este país y en el que después de que ocurre todo mundo guarda silencio; es parte de una violencia de Estado; eso es tortura" (Italia Méndez).
"Aprendí que esta boca es mía y no se calla. Romper el silencio es nuestra forma de sanación. La violación a mujeres fue algo súper frío, no es algo como que se nos hiciera creer: "no pues se le escapó a algún policía"; fue una orden desde arriba, no es nueva, se lleva viendo en todos los conflictos armados. Aquí en México las chicas estaban sufriendo hostigamiento... Ésto es uno de los efectos de la represión también, el sentirte insegura todo e! rato, el "si me vuelve a pasar" el "me están siguiendo todo e! tiempo': Lo hicieron muy bien; rompieron el tejido social y comunitario" (Cristina Valls).
1 de agosto de 2006. Prensa, prensa, si tienes dignidad; nosotras te pedimos que digas la verdad. Unas 2 mil mujeres oaxaqueñas, la mayoría indígenas, en el contexto de las movilizaciones de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) toman las estaciones de radio 96.9 de FM, 680 de AM y e! Canal 9 de televisión, al serles negada la autorización para que transmitan un mensaje. A partir de ese momento se organizan en Radio Cacerola, retomando el símbolo de la protesta de 2001 en Argentina, donde miles de mujeres salieron con sus cacerolas para gritar "Que se vayan todos". Las mujeres de la APPO nutren el movimiento con una voz llena de fuerza y frescura, que aterriza a lo cotidiano la lucha popular, transformando la ciudad, la radio y la televisión en espacios domésticos y comunitarios.
29-31 de diciembre de 2007. Exigimos a todos los hombres del mundo que nos respeten porque un México sin mujeres no sería México, y un mundo sin mujeres tampoco sería mundo.... Nuestra lucha no es sólo para nosotras las mujeres indígenas, sino para todos los pueblos indígenas y no indígenas. Con estas palabras la compañera Everilda, candidata al CCRI, expresa el sentido del Primer encuentro de las Mujeres Zapatistas con las Mujeres de! Mundo en el Caracol de La Garrucha. Se crea allí un espacio donde mujeres zapatistas y mujeres de diferentes lugares pueden compartir las experiencias de su vida y su día a día en la lucha, desde lo más cotidiano, como mujeres luchadoras que son. En el encuentro todas ellas ponen en común las dificultades a las que se enfrentan en las luchas locales de que forman parte, y las estrategias que están tomando para organizarse ante ellas. Tejen anécdotas, ideas, sueños y esperanzas.
7 de abril de 2008. ¡Nos llena de indignación que dos de nuestras compañeras, Tere y Feli comunicadoras del pueblo Triqui hayan sido asesinadas por el mal gobierno! Teresa Bautista Merino, de 24 años, y Felicitas Martínez Sánchez, de 20, locutoras de la radio comunitaria La Voz que Rompe el Silencio, del Municipio Autónomo de San Juan Copala, son asesinadas a balazos al dirigirse a la ciudad de Oaxaca para participar en un encuentro de derechos humanos. Así las recuerda su compañera y hermana Bety Cariño: "...aquí están, las imponentes mujeres de rojo. Su voz acuñó nuestros sonidos y altiva traspasó cercos, derribó muros, cruzó fronteras, antes indestructibles. Y al puño de la palabra dijo basta. ¡BASTA YA! Nunca más nuestra voz será negada. Tu huipil se levanta, tus pasos nos avanzan, tus manos se oyen, tus ojos vigilan. El juez siente tu presencia, tiembla. La justicia se siente en la cabina, la igualdad camina por la plaza y la equidad se ha instalado en casa. Sonrisas alientan nuestro andar, están aquí. Nunca se han ido. Hoy vivas, vivas en nuestra voz y pensamiento. Vivas en nuestra palabra, vivas en la red, andan la esperanza. Su voz rompió el silencio Felicitas, Tere, los pueblos indios somos dignidad, historia somos, historia viviente. Mujeres, locutoras, indias, mixtecas, triquis, de pie, hasta la victoria, hasta la victoria siempre”.
27 de abril de 2010. A Bety no la vamos a enterrar, la vamos a sembrar como la flor más bella de esta tierra Ñuu Savi. Con Tere y Feli en el corazón, Bety Cariño, compañera indígena mixteca, se dirige junto con otrxs participantes de la caravana humanitaria de solidaridad hacia el municipio autónomo de San Juan Copala, asediado por paramilitares. En el camino es asesinada cruelmente, junto al compañero finés Jyry Jaakkola, en una emboscada preparada por el mal gobierno. Bety, sembradora de sueños, pitaya roja del cactus rebelde, Bety poetiza, Bety mamá e hija, Bety hermana y luchadora incansable. Bety con las piernas bien firmes sobre el suelo, la cabeza erguida, digna y el corazón ardiente. Andaba por sus tierras mixtecas, mexicanas y del mundo, estrechando lazos de organización y hermandad. Compartía su palabra sencilla y movía los corazones para que se juntaran a su rabia digna. Las mujeres de los grupos de ahorro de la mixteca baja que se organizaron con ella y las compañeras de diferentes partes que algún día la conocieron, la llevan consigo siempre en su lucha cotidiana ya que como decía ella "es el tiempo de las mujeres insumisas”: Frente al sistema de muerte en que se encuentran nuestras comunidades Bety decía: "y si creen que con eso nos van a espantar, les queremos decir que nos ponen más fuertes, que nos dan más ánimo porque en la medida de que ellos apuestan por la muerte, nosotros  seguimos apostando por la vida. Es necesario pues hermanos, hermanas, mujeres sobre todo nosotras, que estamos al frente del campo, al frente de la casa, al frente de la tierra. ¡Vean nuestra fuerza! Esa gran fuerza que nos acompaña para decirle a estos malos gobiernos, en donde estamos parados aquí en frente, que no tenemos miedo, que no les tendremos miedo y que viene un tiempo de nosotros los pueblos, de nosotros los pueblos indígenas! Ya basta de que sigan acabando con nosotros. Es un momento diferente, en que nosotras las mujeres, nosotros el campo, recuperaremos toda esa fuerza ancestral de nuestros abuelos y de nuestras abuelas, que nos permite hoy pararnos aquí con toda la fuerza de nuestra historia y decir: ¡no vamos a permitir que esto siga pasando!" (1)
Marzo de 2010. A los oídos de las mujeres de la Montaña y Costa Chica de Guerrero llegó la experiencia zapatista, la de las mujeres específicamente. Se enteraron que, así como en sus propias comunidades hay una policía comunitaria y una coordinadora de autoridades, en Chiapas hay comunidades base de apoyo, juntas de buen gobierno y un ejército insurgente. Las mujeres de Guerrero, al escuchar esa experiencia dijeron: "y nosotras ¿cuándo hacemos nuestra ley de las mujeres?". No se podría consolidar completamente el proceso de justicia comunitaria de la Policía Comunitaria de Guerrero, si no se contara, desde sus inicios, con la participación activa de las mujeres. En el 2010, en la comunidad de Zitlaltepec, Metlatónoc, se realiza el Primer Encuentro de Mujeres Indígenas de la Región de la Montaña. Es el primer acto político donde las mujeres de la Montaña presentan ante las autoridades comunitarias el resultado de su trabajo organizativo a lo largo de casi tres años. Un trabajo que consistió en amplias discusiones en cada una de sus comunidades sobre la realidad de los pueblos indígenas y específicamente su situación como mujeres, y en propuesta de soluciones a sus problemáticas.
Así es como la revaloración y reconocimiento del trabajo de las mujeres, la violencia hacia las mujeres, la libertad para decidir sobre su vida y su cuerpo, la garantía de educación para las mujeres, y la garantía de participación política en asuntos comunitarios, son puntos que se han plasmado en la Carta de los Derechos de las Mujeres, que se puede cumplir gracias a que se cuenta ya con un sistema de justicia comunitaria.
Agosto de 2010. Una noticia sacudió a México ya los países Centroamericanos: 72 migrantes, fueron secuestradxs y asesinadxs en San Fernando Tamaulipas, al norte de México. Entre ellxs 14 eran mujeres, algunas hasta este momento ni siquiera han sido identificadas: María Magdalena Alonso Rivera, Glenda Yanira Medrano Solórzano, Mayra Izabel Cifuentes Pineda, Karen Yanneth Escobar Luna, Yeimi Victoria Castro, son algunos de sus nombres. La realidad para las mujeres migrantes centroaomericanas, a su paso por México, es aún peor que para las que residimos aquí. Por eso quisiéramos recordar la historia de una de las miles y miles de mujeres migrantes centroamericanas: Karina.
Karina, una mujer de ojos grandes, profundos y cristalinos, tanto que podías ver sus sentimientos... sale sin documentos de El Salvador con el sueño de llegar a Estados Unidos y conocer a su madre. Viajaba con un pollero que salió con ella desde El Salvador. Lo que no sabía era que el pollero la llevaba vendida, como si fuera cualquier cosa que puedes mandar comprar; esta persona entregaría a Karina en alguna parte del norte de México. Una vez que llegaron a la Casa Del Migrante "Hermanos en el camino"; de Ixtepec, Oaxaca, ella escucha una conversación donde se entera de la situación y lo comunica a las personas encargadas de la casa. Ella denuncia, y el agresor es detenido solamente durante algunos días: Karina declara en el Instituto Nacional de Migración (INM) para obtener el permiso que el estado mexicano está obligado a dar a las personas que son agredidas en México; pero a fin de cuentas decide regresar a su país por razones desconocidas. El 20 de noviembre del 2011, Karina es asesinada por su ex pareja con arma de fuego. La razón: ir a la casa de él a recoger a su hijo, acompañada de su actual pareja, un amigo y su padre. El sujeto disparó primero contra el amigo de Karina y su pareja, después contra ella y su padre, muriendo ella y quedando heridos los demás, todo esto frente a su hijo Bryan de 3 años de edad. Historias como ésta se repiten día a día en México, Centroamérica y toda América latina y el Caribe, historias de violencia y resistencia cotidiana que deben contarse para que no vuelvan a repetirse.
15 de Abril de 2011. ¡La tierra no se vende, se ama y se defiende! Las mujeres de la comunidad Purépecha de Cherán, Michoacán, hartas de ver a sus maridos, hijos y hermanos desaparecidos o muertos, así como a sus árboles, troncos de vida, cortados por los talamontes del crimen organizado, alzan su voz y logran empujar al resto de la comunidad para levantarse en contra de estos abusos. La lucha del pueblo sigue en los meses siguientes, sacando a los partidos políticos de la comunidad y organizando la seguridad comunitaria a través de las fogatas, que además de puestos de seguridad se convierten en centros de convivencia nocturna entre las familias. Así lo relatan en algunos testimonios las mujeres de Cherán, llamas ardientes del corazón purépecha. "Ese día venían bajando madera de El Calvario y fueron las mujeres las que se atravesaron y detuvieron los carros, amarraron a los hombres que conducían y quemaron sus carros […] Ahora el reto es seguir luchando y no permitir que entren los partidos, porque los partidos nunca hacen bien, ellos nada más se reparten los puestos, los recursos […] El trabajo de las mujeres en esta lucha ha sido fundamental. Es importante tomar en cuenta a todos los miembros de la comunidad. Antes iban sólo los hombres a quejarse y a defender los recursos, pero fueron nuestras mujeres quienes lograron estimular la conciencia de las demás personas del pueblo. El 15 de abril de 2011, muchas personas se unieron para defender a los que estaban en peligro […] A un año de que comenzó la organización, mi familia y yo seguimos asistiendo a la fogata de nuestra calle. En el barrio estamos organizados por equipos de siete personas, cada ocho días a una familia nos toca la cena. A unos los lunes, a otros los martes, y así. Y los esposos se quedan vigilando hasta las seis de la mañana […] Una de las principales dificultades que estamos enfrentando es la nueva forma de gobierno que tenemos, pues no estamos acostumbrados a esto, muchos no alcanzamos a entender que estamos en un proceso que requiere de tiempo y paciencia. Pero estoy convencida que por el camino del autogobierno sí puede haber cambios. No serán de un día para el otro, ni serán hechos por una sola persona, sino que requerirán de tiempo y de la participación de toda la comunidad".
… Aquí termina (por ahora) nuestro recorrido histórico a través de ejemplos de las muchas luchas, entrelazadas entre sí, que mujeres cotidianas y anónimas libran todos los días. Mujeres que alzan su voz cada día, defendiendo su palabra, su tiempo, su memoria, su espacio y su cuerpo. Mujeres lucha, mujeres comunidad, mujeres movimiento.
Paso a pasito, aparentemente calladitas, no sólo en las comunidades, sino en todo el territorio mexicano, encontramos grupos y redes de mujeres organizadas: las madres de los desaparecidos de la guerra sucia, reunidas en el Comité Eureka, que hasta la fecha luchan por la aparición con vida de sus hijos; la Red de mujeres de la tierra unidas por un futuro y un mundo mejor formada por mujeres de comunidades nahuas y popolucas de la sierra de Santa Marta en el Sur de Veracruz, que busca la organización intercomunitaria sobre ejes como la soberanía alimentaria, la salud tradicional, la comunicación radiofónica, entre otros; mujeres que luchan en contra de! sexo comercial forzado y por los derechos de las trabajadoras sexuales como la Brigada callejera en apoyo a la Mujer "Elisa Martínez"; mujeres que gritan en contra de los feminicidios sistemáticos, como Marisela Escobedo en Ciudad Juárez. Y todas aquellas mujeres libres, parteras, curanderas, cuidadoras de la costumbre y de la vida, mujeres creando comunidad frente al sistema patriarcal al que estamos sujetadas, dentro y fuera de nuestras comunidades y territorios.
Así como ellas, somos muchas en todos los rincones del mundo. En uno de estos rincones, en la hermana Comunidad Boliviana, hay otras mujeres que justo así se denominaron "Comunidad Mujeres Creando Comunidad". En su lucha se han hermanado con mujeres de comunidades y barrios, desarrollando una propuesta política en constante construcción: la del feminismo comunitario. En este libro, Julieta Paredes, feminista aymara, como integrante de esta comunidad nos comparte su riquísimo esfuerzo de sistematización de la re-conceptualización política colectiva del feminismo desde los contextos comunitarios de Bolivia. En el camino por donde nos lleva, deconstruye uno por uno los conceptos centrales de la lucha de las mujeres occidentales del siglo XX y XXI, como los de género, equidad de género, perspectiva de género, feminismo, patriarcado, complementariedad, para develar los riesgos intrínsecos a éstos y reconstruirlos desde abajo proponiendo otras categorías o elementos para dar sentido a las realidades, acciones y luchas políticas de las mujeres. Este intento de reconceptualización puede ser un ejemplo a retomarse.
Es evidente que el análisis que Julieta propone desde el contexto de Bolivia hace eco en las realidades comunitarias de México. La denuncia que hace el libro sobre la presencia de la dominación patriarcal en las comunidades de los pueblos de Bolivia, que combina un patriarcado pre-colonial, colonial y neoliberal, se percibe de manera muy cercana, a la hora de pensar en las situaciones que se viven en las comunidades indígenas del territorio mexicano. Así como en Bolivia el chacha-warmi (el par complementario hombre-mujer) encubre el machismo en las comunidades, de la misma manera, en México existen creencias y conceptos como complementariedad o comunalidad que, si utilizados acríticamente y para sacralizar las relaciones sociales al interior de las comunidades, conllevan el riesgo de encubrir y naturalizar las injusticias cotidianas hacia las mujeres indígenas, inclusive a las luchadoras sociales.
Las mujeres mexicanas debemos repensar nuestra condición desde donde pisan nuestros pies. Las problemáticas en todo México son diferentes para cada una de nosotras: para las mujeres indígenas, campesinas, trabajadoras sexuales, obreras, estudiantes, madres solteras, migrantes, lesbianas, discapacitadas, etc. Cada una de nosotras vive realidades distintas, pero todas tenemos un común denominador: este sistema patriarcal, alimentado de normas sociales sembradas en nuestros imaginarios colectivos, nos pone a las mujeres en condiciones desiguales frente a los hombres, dándoles poder sobre nosotras, negándonos el espacio público y político, quitándonos decisiones cada vez más elementales; y cuando una de nosotras se atreve a transgredir, somos presa fácil de violencia y luego somos las que tenemos que pedir disculpas por las agresiones recibidas. Es por eso que creemos que, más allá del aporte que este documento hace para los contextos rurales e indígenas, tiene el importante mérito de hacer una propuesta feminista que no se basa en las mujeres como individuas, sino que se enraíza en una postura antisistémica comunitaria. De esta manera, las mujeres que no pertenecemos a ninguna comunidad indígena podemos fácilmente identificarnos en la propuesta de un feminismo comunitario que, al mismo tiempo en que propone una lucha contra el patriarcado y el capitalismo, busca crear comunidad, sin la necesidad de replicar modelos de organización ya existentes en los pueblos.
Consideramos este texto una bomba conceptual y política que decidimos aventar, a través de un esfuerzo colaborativo entre editoriales independientes recién nacidas, en un momento en el que es necesario repensar todo de nuevo, no sólo frente a un sistema capitalista, patriarcal, industrial y de estado-nación en crisis, sino también frente a la crisis de las referencias para la lucha en contra del sistema mismo. Es claro que Hilando Fino no constituye en lo absoluto el final de la discusión, ni pretende serlo, sin embargo tiene -esperamos-, la fuerza necesaria para abrir puertas hacia la profundización de la reflexión sobre el sistema patriarcal y la búsqueda creativa de nuevos rumbos; en la construcción de un mundo en donde quepan muchos mundos y de un México, nunca más sin nosotras.
El Rebozo / Lente Flotante / Grietas
Nota
1. Extracto del discurso de Bety Cariño del 3 de diciembre de 2009 en frente de la embajada de Canadá, en una protesta en contra del asesinato de Mariano Abarca, compañero de la comunidad chiapaneca de Chicomuselo, asesinado por sicarios contratados por una empresa minera canadiense.
Referencias
AAVV, 72 Miigrantes, Compilación, Ed. Almadía, 2011.
ATENCO SOMOS TODAS (Blog). Primer encuentro de las mujeres zapatistas con las mujeres del mundo, en Ateneo Somos Todas, 6 de enero de 2008, http://justiciaparaatenco.blogspot.mx/2008/01/primer-encuentro-de-las-mujeres.html
CENTRO PRODH (Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez), A.C., Casa del Migrante de Saltillo. Cuaderno sobre secuestro de migrantes. Dimensión, contexto y testimonios de la experiencia de la migración en tránsito por México, México, DF, 2011. [Otro sitio de descarga: http://www.slideshare.net/villamarcos/cuaderno-secuestro-webbares]
COMITÉ EUREKA (Página Web). Comité pro defensa de presos, perseguidos, desaparecidos y exiliados políticos de México. http://comiteeureka.org.mx/  
DESINFORMEMONOS (Periodismo de abajo). Las mujeres en La Montaña de Guerrero: el otro brazo de la justicia comunitaria, Desinformémonos, 2011
http://desinformemonos.org/2011/10/el-otro-brazo-de-la-justicia-comunitaria-organizacion-de-mujeres-en-la-montana-de-guerrero/
DESINFORMEMONOS (Periodismo de abajo). Hablan las mujeres de Cherán, protagonistas de la insurrección, Desinformémonos 2012, http://desinformemonos.org/2012/04/mujeres/
EZLN (Ejército Zapatista Liberación Nacional). Ley Revolucionaria de Mujeres http://www.palabra.ezln.org.mx/comunicados/1994/1993_12_g.htm
GONZALEZ, María de la Luz. Cronología del conflicto en San Salvador Ateneo, El Universal, México DF, 21 de enero de 2008 http://www.eluniversal.com.mx/notas/475742.html
LA VOZ DE LAS MUJERES DE LA SOCIEDAD CIVIL LAS ABEJAS. Justicia y respeto, exigen mujeres de Acteal, Tierra Sagrada de los Mártires de Acteal, 8 de marzo 2004, http://www.nodo50.org/pchiapas/chiapas/documentos/acteal3.htm
MARCOS, Sylvia. Mujeres, indígenas, rebeldes, zapatistas, Ediciones Eón, México, Junio de 2007
MUJERES SIN MIEDO, Colectivo y espectáculo integrante del comité de libertad y justicia para Ateneo, http://mujeressinmiedo.blogspot.mx/2012/05/mujeres-en-atenco-2006.html
PIEZAS DEL ROMPECABEZAS DE LA OTRA (Cooperativa de Producción e Información Anticapitalista). Testimonios sobre las compañeras Triquis Tae y Feli, asesinadas por el mal gobierno el 7 de abril de 2008, en Piezas del Rompecabezas de la Otra, 21 de mayo de 2008, http://piezasdelrompecabezasdelaotra.org/copia/?page%20id=137
TECUAN NEWS y KOLECTIVO AZUL. Bety Cariño en la embajada de Canadá (Video), 3 de diciembre de 2009, http://www.youtube.com/watch?v=TWPkLcoVoaI
ULTRERAS. Pedro. La Bestia. La tragedia de migrantes centroamericanos en México, Ed. Hispanic Institute of Social Issues, 20l2.
WIKIPEDIA, Caso de Marisela Escobedo Ortiz, en Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Marisela_Escobedo_Ortiz
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Introducción, por Julieta Paredes

Nadie escribe solita o solito, no hay eso de que desde su ombligo, alguien produzcan ideas, el ombligo nos conecta siempre con la otra que es la madre y desde esa relación inicial, siempre estamos construyendo y creando en diálogo y en comunidad.
Queremos comenzar nombrando y agradeciendo a Adiva Eyzaguirre compañera, hermana y amiga que desde la experiencia y el trabajo incansable, nos convocó a la provincia Bautista Saavedra. En este territorio de resistencias y sabidurías ancestrales las ideas, las pasiones por el cambio y la praxis feminista revolucionaria se encontraron, se amaron y dieron a luz un entretejido conceptual para el trabajo de fortalecimiento de las organizaciones de mujeres.
Para nosotras este momento que vive nuestro país es altamente convocante porque, nos ha devuelto la esperanza y la esperanza moviliza hasta a las más comodonas. Este momento nos convoca a defender en la cama, en las calles, en las casas, en las plazas, en el parlamento, en el palacio de gobierno, lo que desearnos en nuestros sueños. Por primera vez podemos nombrar la Esperanza en los idiomas de            nuestras abuelas y en los distintos modismos regionales que toma el castellano en Bolivia.
Esta construcción no es fácil, porque por un lado estamos nosotras y nuestros deseos de cambios y por otro, los racismos coloniales, sus más de 5 siglos de impunidad, hoy fortalecidos por un neofascismo oligarca que, hace una exhibición de métodos dictatoriales de terror, asesinato, desaparición y persecución de quienes no pensamos como ellos, de quienes hace ya rato dejamos de verles como patrones, bellos y superiores.
A la clase media le haría muy bien mirarse al espejo y saber de dónde viene, así podría dejar de mirar con temor la restitución del equilibrio y justicia de las sociedades, dejar de sentirse discriminadas y discriminados por ver a sus jardineros, albañiles, plomeros, heladeros, panaderos convertirse en presidente o a sus empleadas domésticas, lavanderas, caseritas del mercado, convertirse por el voto popular, en constituyentes, ministras y parlamentarias.
En este momento en que se pretende marcar violentos abismos entre el campo y la ciudad, entre los colores de piel, entre las formas de vestir y las formas de bailar. En este momento en el que cavan abismos entre las culturas ancestrales y las ciudades modernas que habitamos.
En este momento, les desafiamos a nombrar la vida…
…en una danza salvaje
que convoque a otras mujeres y éstas a otras más
hasta que seamos un batallón
o un ejército de amor
que acabe con todas las miserias y opresiones
estamos buscando, buscamos todavía una mujer,
que mirando al sol
no cierre los ojos
Fragmento del poema “Estamos buscando” de Julieta Paredes
Les convocamos a tejer puentes e hilar fino, en este caso, a través del trabajo de reconceptualización teórica de nosotras las mujeres feministas. Un entramado de acciones que nos permitan descubrimos las unas a las otras, descubrirnos a la vez, en las otras o descubrirnos a nosotras con las otras. Es una práctica de alteridad, reciprocidad, complementariedad y autonomías, la que proponemos.
Del contenido
El libro en el capítulo 1 nos plantea analizar las políticas neoliberales , para las mujeres, denunciar la captación e institucionalización del feminismo y las organizaciones sociales de las mujeres.
El capítulo 2 habla del rompimiento epistemológico que hace el feminismo comunitario con el feminismo occidental.
En el capítulo 3 presentamos el marco conceptual para la acción y la lucha política partiendo del cuerpo sexuado de las mujeres y su significado en la sociedad y en la historia, pasamos a reflexionar sobre el espacio, concepto que nos remite a tierra y territorio y los intentos de nueva colonización del espacio de Bolivia o loteamiento del país, algo así, como virreinatos neofeudales de oligarcas de sangre gris, que tienen a su servicio paramilitares, sicarios y delincuentes que quieren ahogarnos en nuestra sangre.
Estos contenidos toman sentido en nuestro cotidiano de mujeres, no sólo porque enfrentamos la lucha como mujeres del pueblo al lado de nuestros hermanos y compañeros, sino que nos lleva por el camino a veces decepcionante de descubrir en nuestras propias casas y comunidades al opresor que denunciamos en las luchas populares.
Nos hace reflexionar, por ejemplo, sobre el hecho de que las mujeres parecemos parias, no tenemos tierra ni casa, tenemos muy pocos lugares que los podemos sentir como nuestros, donde sentirnos tranquilas y libres de violencia sexual, física o psicológica.
Otro elemento sobre el cual el libro trata es sobre el tiempo, ubicándonos donde el sistema patriarcal siempre ha arrebatado el tiempo de oprimidas y oprimidos para beneficio de pocos.
Sin tiempo para reflexionar y analizar, sin tiempo para hacer y rehacer nuestro mundo, como niñas que juegan con barro haciendo, como en las alasitas: en pequeñito lo que quisieran para la vida y con fuertes soplos de creatividad, poner a funcionar el país con amor, placer, justicia esperanzas. Sin tiempo para informarnos, no podemos saber de nuestra situación y las formas de liberarnos. Por eso, tenemos que recuperar el tiempo para nosotras y nuestras comunidades.
El movimiento organizativo es otra de las categorías de la cual hablaremos, entendiendo el movimiento como lo que da el sentido político a nuestra existencia y nuestras acciones. Es  el ¿para qué? de la existencia, es reconocer que por todos lados se están tejiendo propuestas para una nueva sociedad y las mujeres debemos estar ahí con nuestra voz y opinión, pero saber que dentro de este movimiento organizativo y político, las mujeres no están pudiendo lograr articular sus voces propias y sus propias reivindicaciones Y propuestas.
Por último la memoria, aquella que cuando no está presente nos deja sin instrumentos con los cuales defendernos ante las novedades de un mercado que puso en venta nuestras vidas, mercado que se muestra seductor y violento.
Remitirnos a nuestra memoria propia, ontogenética y la memoria larga filogenética, enlaza rebeldías, enlaza nuestras primeras y auténticas rebeldías de wawas cuando resistíamos y luchábamos contra las normas machistas e injustas de la sociedad, las enlaza con las rebeldías de nuestras tatarabuelas que resistieron al patriarcado colonial y precolonial.
Bueno, ya empezamos poniendo sobre la mesa nutridora nuestros conceptos principales presentes en el libro. Son conceptos, categorías, que quieren alimentar estos procesos de cambios, con realidades y utopías que nos quitan el sueño.
Una última cosa; éste no pretende ser un libro para intelectuales, aunque toda persona que quiera puede leerlo. Es más bien un libro para gente que ame a su pueblo, mujeres y hombres activistas que pretendemos hacer teoría para la acción, gente revolucionaria que quiere transformar la realidad que recibimos para entregar un país más lindo a las wawas que nos miran con sus ojitos de “¿Cómo es che, cuándo va a ser pues el país del que hablas en los cuentos?”
Queremos que los conceptos acompañen y que les sirvan a las mujeres de Bautista Saavedra en principio, porque con ellas fuimos hilando las categorías que hoy se han convertido en conceptos para el plan de las mujeres en Bolivia. Si en el camino de concebirlo se dieron procesos creativos, nos atrevimos a soñar y las mujeres de Amarete, Sotopata, Curva Caalaya, comenzaron a organizarse ¡LINDO PUES, ESO DE LO QUE QUERÍAMOS LOGRAR!!!
Y si a continuación del camino nuestra querida hermana feminista Evelin Ágreda, hoy Viceministra de género y asuntos generacionales, junto a Jenny Ybarnegaray, encargada de género en la cooperación internacional, nos invitaron a escribir el marco conceptual de las políticas públicas para las mujeres, en los próximos diez años ¡¡UAUU!! no lo esperábamos.
Sólo queda decirles muchas gracias hermanas, gracias a la vida, a la lucha y gracias a la Pachamama.
Mujeres, nuestros sueños son sus pesadillas
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Glosario

Alasitas. Miniaturas de todo tipo de objetos que se venden en mercados y ferias en varias  ciudades de Bolivia al inicio de la época de  lluvias, pero especialmente en La Paz el 24 de  enero de cada año. Esto se hace tradicional mente, a manera de celebración a Ekeko dios de la abundancia, a quien se regalan estas miniaturas representando los sueños que uno desea ver concretizados en el transcurso del año que empieza (una maleta para un viaje, un coche para tener uno ese año, una bolsa de arroz para tener comida todo el año, etc).
Ajayu. Palabra Aymara que en español significa ánima, espíritu, alma. La concepción Aymara de ajayu encierra un doble principio: inmanente y trascendente. El Ajayu trascendente es el principio de la vida, el pensamiento en tanto que se manifiesta en actividad. Es sabido por todos y todas las Aymara que cuando observan a un hombre o a una mujer sin creatividad, sin invención, sin juicio, sin honor, sin decisión ni voluntad, entonces la definen como sin Ajayu. Hay que tener o poseer Ajayu para sentir, tener gusto, pensar, etc. Éste se puede recuperar o canalizar a través de ritos ceremoniales.
Aymara. Pueblo originario que desde tiempos precolombinos habita la meseta andina del lago Titicaca, repartiéndose su población entre el occidente de Bolivia, el sur del Perú, el norte de Chile y el norte de Argentina.
Chacha-Warmi. Desde una perspectiva biológica es: Chacha = hombre. Warmi = mujer. Desde una perspectiva sociocultural es matrimonio: Unión de dos seres humanos opuestos, que rigen el modelo aymara como esposa y esposo. Es un cuerpo dual complementario, en el que sus componentes se vinculan e interactúan en concordancia a modelos aymara. Desde una perspectiva antropológico-cultural, esta idea concibe la igualdad de estatus y posición de los componentes, para acentuar el equilibrio conyugal.
Chola. Mujeres Aymaras o Quechuas, típicas de La Paz, Bolivia, que por más de 500 años han mantenido y actualizado su cultura, vestimenta y tradiciones. En algunos lugares la denominación "chola" se utiliza todavía de manera peyorativa.
Pasanaku. Forma colectiva de financiamiento usada en Bolivia basada en el compromiso y confianza dentro un grupo. Los participantes realizan aportaciones económicas periódicas para ser usadas por turnos, normalmente por sorteo o por una necesidad de alguno de los miembros.
Wawas. Palabra Aymara que en español significa bebé o recién nacido, nacida.
Yapa. Palabra Aymara que en español significa aditamento, añadidura, adición.
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Libro en línea

Por ahora, del capítulo 1 a las conclusiones, LIFS Perú lo tiene disponible en http://www.lifsperu.org/files/pdf/cendoc/lecturas lesbicas/Julieta Paredes-Hilando Fino desde el Fem Comunitario.pdf (así, con el prólogo, la introducción y el glosario, arriba transcritos, los contenidos de la nueva edición están completos).
Próximamente en línea el libro. Revisa la página del Colectivo Grietas, http://colectivogrietas.wordpress.com/
V. nota:
Título: Hilando Fino. Desde el feminismo comunitario
Autora: Julieta Paredes, Comunidad Mujeres Creando Comunidad
Primera edición: CEDEC, La Paz (Bolivia), enero de 2010
Edición mexicana: El Rebozo, Grietas, Lente Flotante, Querétaro (México), diciembre de 2012
Índice
Prólogo a la edición mexicana 5
Introducción 31
1. Pateando el tablero 41
2. Una ruptura epistemológica con el feminismo occidental 69
3. ¡Ahora es cuando! 89
Conclusiones113
Glosario116
http://colectivogrietas.files.wordpress.com/2012/12/tapa-prueba.jpg?
La imagen de esta tapa forma parte de la campaña gráfica en solidaridad con las comunidades zapatistas "La Autonomía es la vida, la sumisión es la muerte", Convergencia Gráfica, 2012./p>
Creative commons: Este libro se edita en México de manera autogestiva gracias a la colaboración de los colectivos Grietas, Lente Flotante y la cooperativa el Rebozo. Lxs lectorxs están invitadxs a copiar, reproducir, intercambiar y distribuir por cualquier medio posible. Amplifiquemos y multipliquemos los esfuerzos autónomos a través de redes abiertas de compartencia y apoyo mutuo. El Rebozo, Grietas, Lente Flotante
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